Previsible problema con los fondos federales

RAFAEL ARAGUNDE

EX SECRETARIO DE EDUCACIÓN

Si realmente quisiéramos contribuir al mejoramiento de la escuela puertorriqueña, tendríamos que comenzar, humildemente, por aceptar que sólo puede ser transformada a través de medidas discretas que se presten a una constante evaluación. Medidas discretas fueron para nosotros los sistemas de información estudiantil y financiero, el sistema electrónico para verificar la asistencia, el adiestramiento de todo el personal con profesionales preparados, la promoción y el respaldo de actividades en las que directores y maestros comparten experiencias valiosas y cartas circulares que reconocían que las nociones tradicionales sobre el género han perdido vigencia.

Señalar que una de estas medidas discretas consiste en reconocer que todo sistema gerencial se beneficia cuando se trabaja con la gente más capacitada, independientemente de sus preferencias políticas, es tan obvio que da vergüenza reiterarlo. Que haya puertorriqueños que todavía no acepten esto produce vergüenza ajena. ¿Cómo pueden pensar que substituir a funcionarios eficientes por personas con estrechas visiones partidistas, contribuye a la transformación de un sistema educativo?

Lo que hoy vive el Departamento de Educación en lo que respecta al gobierno federal era previsible. Los documentos que hacen referencia a nuestra gestión hasta finales de 2008 revelan cómo se iba cumpliendo adecuadamente con sus exigencias. Tras la purga que los tres secretarios han llevado a cabo en Educación, despidiendo o desplazando a otros puestos a funcionarios inteligentes y comprometidos, no debe sorprender a nadie la noticia de que la agencia sólo cumple con el 17% de los acuerdos del Acuerdo de Cumplimiento de 2007.

No está de moda defender al ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá, pero es justo reconocer la valentía que tuvo y el compromiso que siempre mostró con nuestra educación al nombrar a un secretario que no pertenecía a su partido y cómo permitió crear un equipo de trabajo compuesto por personas de calidad sobre las cuales jamás nos preguntamos a qué colectividad pertenecían. Fueron ellos, colaboradores profesionales y no batatas políticas, los responsables de que los comentarios que Educación federal hacía...

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