Prioridades

Ruth Merino Méndez

Aunque nadie me lo ha preguntado, quiero señalar aquí que el objetivo de estas políticas cuenta con mi total aprobación. Los planificadores urbanos se han propuesto que los conductores opten por utilizar los medios de transportación colectiva y, por supuesto, el más antiguo de todos: los pies. La filosofía que anima estos cambios es sencilla: los humanos son más importantes que los carros. ¡Vaya, qué novedad!

Aclaro de inmediato que no tengo nada en contra de los automóviles. Yo también poseo uno y lo cuido como hueso santo. Pero a veces, cuando doy vueltas inútilmente buscando un estacionamiento, por ejemplo, o estoy en un tapón, me ha parecido que la constante y abundante presencia de tantísimos carros resulta algo excesiva.

Al parecer los europeos han llegado a la misma conclusión: Viena, Munich y Copenhague simplemente los han desterrado de amplias zonas urbanas. Barcelona y París les han quitado carriles para dárselos a las bicicletas. Otras ciudades limitan los estacionamientos en los centros comerciales, en los condominios y en las calles. Y...

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