'La prisa es lo que mató el caso'

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

La decisión de acusar, a pesar que el caso aún no estaba del todo maduro, se debió a las presiones políticas y públicas que enfrentaba entonces el Departamento de Justicia y su secretario Guillermo Somoza por el pobre esclarecimiento de asesinatos, principalmente los de alto interés público. Aunque el esclarecimiento de los crímenes recae principalmente en la Policía, las investigaciones de los asesinatos son dirigidas por los fiscales.

Según fuentes de El Nuevo Día, a mediados del 2012 a la fiscal Elba Acevedo se le ordenadó continuar su investigación bajo la supervisión directa del entonces jefe de los fiscales, Obdulio Meléndez.

Varios meses después, en septiembre de 2012, la fiscalía estaba radicando los cargos contra la ciudadana dominicana Aida de los Santos Pineda, a la que ayer un jurado absolvió de todos los cargos, a pesar que nada en la evidencia había cambiado en el último año de la pesquisa.

La acusación contra De los Santos fue la última de una serie de casos de alto perfil que Justicia intentó sacar en los meses de agosto y septiembre del año pasado cuando se intensificaba el debate político sobre la seguridad y el sentido de impunidad en el País. Los otros crímenes de alto perfil que motivaron la radicación de cargos para esos meses eran por los asesinatos de la bailarina Yexeira Torres, la tasadora Brendalí Sierra Ramos y el de la ejecutiva Carmen Paredes.

"La prisa es lo que mató el caso", opinó el abogado criminalista Pablo Colón.

Varios abogados criminalistas y exfiscales consultados coincidieron en que la absolución de De los Santos casi descarta la posibilidad de que al menos se encause exitosamente al resto de las personas que el ministerio público entiende que participó en el asesinato. La acusación contra De los Santos fue por asesinato "en concierto y común acuerdo", lo que implica la participación de más personas que no han podido ser identificadas por la fiscalía.

El argumento detrás de la impunidad en el caso es sencillo: la prueba del ministerio público no pasa el crisol de probar el caso más allá de duda razonable. Y para colmo, ya cualquier abogado de defensa conoce las deficiencias en la pesquisa y las puede explotar con facilidad en otro juicio contra otra persona, señaló Colón.

Lo único que podría cambiar un poco el peso de la prueba es que se encuentre la persona cuyo material genético fue encontrado en las uñas de Ortiz, dijo, por su parte, el exfiscal...

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