Profundas secuelas de la violencia doméstica

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

La firma de los documentos era una excusa. Dentro del maletín del padre de María Bonilla (nombre ficticio para proteger su identidad) se escondía un arma de fuego.

Bonilla, entonces de 18 años y su hermana de 15, se despertaron con los disparos. Ellas junto a la otra hermana, de 10, se refugiaron en uno de los cuartos de la casa en Río Piedras.

Ella trató de llamar por teléfono para pedir ayuda, pero no pudo, tal vez por los nervios, señaló. Poco a poco, se asomó por la puerta del dormitorio que llevaba al pasillo. En ese momento vio a su padre acercándose al cuarto. No vio el arma de fuego solo podía observar su cara. La casa olía a pólvora, recordó.

Le preguntó a su padre qué había pasado. Él solo contestó que había hecho algo malo. Él no llegó a entrar a la habitación. A mitad del pasillo volteó y regresó a la sala. Poco después se escuchó el último disparo.

De eso han pasado 30 años, pero Bonilla lo recuerda casi como fuera ayer. El conflicto entre sus padres era un hijo fuera del matrimonio.

Tras el incidente comenzaron las dificultades. "No eran muchas, comparadas con otros casos, pero emocionalmente fue difícil", dijo. Primero tuvieron que adaptarse a vivir con los abuelos maternos y recibir ayuda sicológica. Ya para entonces la comunicación con la familia paterna era nula.

"Nos quedamos solas. No teníamos mamá ni papá. De momento me daba vergüenza que me preguntaran. Yo decía que murieron en un accidente", recordó.

Bonilla tardó 10 años en poder pasar frente a la vieja casa. También, si escuchaba a alguien hablar de sus padres, comenzaba a llorar. De hecho, cuatro años pasaron antes que lograra perdonar a su padre y visitar su tumba. Sus dos hermanas nunca lo han hecho.

Y es que las repercusiones de la violencia doméstica en los hijos, máxime en casos como estos que terminan en tragedia, pueden ser muy difíciles de superar. Y cada vez son más los escenarios similares a los de Bonilla.

Desde el 2000 hasta finales de junio de este año se han reportado 282 asesinatos en incidentes de violencia doméstica, según estadísticas oficiales de la Policía. Si se proyecta esa cifra con un estimado de dos hijos por pareja, implicaría que alrededor 564 personas han quedado huérfanas por...

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