Una propuesta para salir de la crisis

Por Juan Lara

Economista

¿Exageración? No lo parece. Si no cambiamos de rumbo, estamos abocados a otra década perdida. La economía languidece, a pesar de haberse estabilizado hace más de un año, y hay tantas minas ocultas en el camino -posibles recortes federales, riesgo de degradación de la deuda pública, vientos de guerra en el Oriente Medio- que podríamos caer en recesión antes de que se acabe la luna de miel del próximo gobernador.

A juzgar por las encuestas, el próximo gobierno no tendrá un mandato arrollador en las urnas, a diferencia de lo ocurrido en el cuatrienio que termina. Tampoco tendrá -y esta es quizá la diferencia más importante- el margen que había en el año 2008 para ajustar los ingresos y el gasto público y para cubrir la diferencia con endeudamiento. No olvidemos que para estas fechas se suponía que estaría prácticamente eliminado el déficit estructural del gobierno central y que la economía ya estaría creciendo. Ninguna de las dos cosas ha ocurrido, según el calendario original del plan de estabilización fiscal, y ya hemos consumido muchas de las municiones que teníamos para combatir la crisis.

¿Qué hacer si en el próximo cuatrienio nos vemos obligados a implementar otro programa de austeridad? ¿Qué hacer para reanimar la economía si caemos en otra recesión? No parece que haya otra salida que la concertación; es decir, un esfuerzo colectivo para diseñar y poner en marcha un programa de acciones y reformas que los sectores principales de la sociedad se comprometan a apoyar.

La concertación no es un proyecto idílico de abrazarnos todos como buenos hermanos; es una negociación responsable en la que todos los sectores asumen una parte significativa del sacrificio que se necesita para superar la crisis, con la expectativa bien fundamentada -no ilusoria- de que las reformas funcionarán y podremos compartir también, en el futuro cercano, los beneficios de una economía viable y próspera. Es participar -aunque sea a regañadientes- en un juego de suma negativa hoy, para poder participar más adelante en un juego de suma positiva.

Será triste reconocerlo, pero la concertación no suele ocurrir motivada por el patriotismo, la solidaridad o la buena voluntad entre los hombres (y las mujeres, claro). Ocurre casi siempre cuando los diferentes sectores de la sociedad, con intereses encontrados entre sí, reconocen que se enfrentan a un peligro común e inminente: cuando los bárbaros están a las puertas de Roma.

Hay quien piensa que en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR