Prudencia sindical

FRANK ZORRILLA

EXSECRETARIO DE TRABAJO

La alternancia en el poder político que vive nuestra sociedad desde hace décadas ha hecho del gobierno un negociador vulnerable, y en gran medida débil, ante los justos reclamos de sus empleados. Se ha hecho justicia salarial por miedo, desidia o falta de compromiso de algunos jefes de agencia que, ante el temor de una huelga ceden, en ocasiones sin poder cumplir.

Otros sencillamente acuerdan beneficios extraordinarios al final del cuatrienio cuando saben que no regresan. Ésa no es una razón válida para hacer justicia a los empleados públicos. Esta actitud, lejos de ayudar a los trabajadores, pone en riesgo sus empleos, particularmente en momentos como el presente.

Para ello basta con citar dos leyes aprobadas en dos administraciones diferentes que trastocaron derechos de los empleados públicos. Me refiero a la Ley 7, que implantó un plan de cesantía múltiple, y la Ley 3, que cambió de forma significativa el retiro de un sector de los empleados públicos.

Al comparar los salarios y beneficios marginales de los empleados del Gobierno con los del sector privado, nos percatamos que, en la mayoría de las clasificaciones, los empleados del sector público gozan de mejores salarios y beneficios marginales que sus...

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