Con prudencia, pero sin tregua…

Para empujar la recuperación económica tan añorada, tenemos que reconocer que estamos en un hoyo cada día más profundo donde la luz no quiere llegar.Si queremos lograr la sociedad que aspiramos, con empleos que la sostenga, tenemos que producirlos. Sin dejar de ser ágiles en nuestro empeño, las determinaciones que tomemos deben ser estímulo y no negación de nuestra intención de crear un país atractivo a la inversión, local y del exterior, para que se tomen en serio nuestras iniciativas de cambio y transformación. Tenemos que ser arrojados y a la vez prudentes en la propuestas legislativas y ejecutivas. Que la política pública, y prioridades en infraestructura, en costos de energía, en la concesión de incentivos, cambios tributarios, educación, seguridad y salarios, entre otros, fortalezcan...

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