Prueba favorece reclamo de reo

Desde el mismo día en que fue arrestado y vinculado a la violación de una joven universitaria en el 1990, José Armando Torres Rivera no ha dejado de proclamar su inocencia.Durante los larguísimos 28 años y tres meses en que estuvo preso por ese crimen, siguió diciéndolo en cuanto foro tuvo a su disposición. Desde que fue puesto en libertad bajo palabra en enero de este año, no ha dejado de tratar de probar su inocencia.Una pequeña luz de esperanza se le abrió recientemente. El primer examen de ADN que se le hizo a la ropa de la víctima no encontró ningún rastro de perfil genético que pueda asociarse a Torres Rivera, un importantísimo paso en su larga campaña por probar que es inocente.Pero el próximo paso -comparar los perfiles encontrados con el banco de ADN de convictos al que tiene acceso el Negociado de Ciencias Forenses, con la esperanza de hallar al verdadero culpable-, las autoridades no quieren darlo."José Armando está feliz porque los perfiles genéticos dicen que él no fue. Pero tiene sentimientos de amargura porque lleva tres años y medio en este proceso (de tratar de probar su inocencia mediante pruebas de ADN) y nada sale fácil. Nada se concreta. Todo el mundo se lo hace difícil", dijo la abogada de Torres Rivera, Iris Yaritza Rosario, de la Sociedad de Asistencia Legal (SAL).La mera exclusión del perfil genético de Torres Rivera en las pertenencias de la joven no es prueba completamente exculpatoria desde el punto de vista de la fiscalía, explicó Rosario.Por eso, indicó, la comparación con los perfiles de otros agresores sexuales al que tiene acceso Ciencias Forenses, especialmente si le puede vincular a un violador convicto que fue señalado, pero no investigado, como uno de los participantes en el crimen por el que fue culpado Torres Rivera, ayudaría a fortalecer los argumentos de solicitud de un nuevo juicio.Torres Rivera fue encarcelado en octubre de 1990, cuando tenía 17 años, tras ser identificado por la víctima de la violación, una joven que en aquel momento tenía 20 años, como uno de los tres hombres que en agosto de ese año la habían secuestrado de su casa en el barrio San José, en San Juan, y llevado a un paraje solitario en Carolina, donde la violaron.Fue juzgado como adulto y sentenciado a 224 años de cárcel un año después de los hechos.Torres Rivera nunca aceptó ser culpable y durante su largo encierro seguía proclamando su inocencia y tratando de probarla, incluso cuando le costó más tiempo de cárcel, pues la Junta...

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