'Un pueblo sin memoria es un pueblo que no evoluciona'

Basta pensar en Ricky Martin para que el imaginario haga de las suyas. Uno se lo inventa inalcanzable, con un equipo enorme a su alrededor, distante, demasiado estrella. Pero tan pronto se abre la puerta de la villa tropical en la que se encuentra en Puerto Rico, se rompe la fantasía.En una iluminada y cómoda sala con vista al mar, aparece el llamado astro boricua. Se le ve relajado, casual, con una camisa blanca, mahones y tenis, demasiado normal para su estatus artístico. Lleva una frondosa barba oscura y su pelo perfectamente recortado con algunos destellos dorados. En la villa hay alrededor de seis personas de su equipo, incluyendo un camarógrafo que graba cada una de las entrevistas que ofrece con motivo de su nueva gira de conciertos "Movimiento Tour", que arranca en Puerto Rico el próximo mes de febrero. Pero ninguno de ellos está encima del artista, diciéndole qué hacer o cómo actuar.Por el contrario, Ricky hace lo que se le antoja. Incluso, no duda en abrazar a cada periodista que llega independientemente se le trate de estrechar la mano. "Yo soy de abrazos", dice con una amplia sonrisa. Al terminar cada encuentro, si se le pide, se toma "selfies" con los que están en la sala y lo hace sin que le pese. Entremedio de cada entrevista, el artista se levanta, se estira. A veces pregunta si hay café y él mismo se acerca a la mesa donde hay frutas, almendras, quesos y jamones, para picar algo."¿Con quién me toca ahora?", pregunta para saber con qué medio conversará. Así pasa de una entrevista a otra, siempre con tranquilidad, sin agite.Cuando se sienta a hablar y contestar preguntas, lo hace con total comodidad y sin intermediarios. En ese momento, nada más le importa que la persona con la que está conversando. Mira a los ojos fijamente al hablar, escucha y luego responde detenidamente, pensando en el peso de sus palabras.A veces repite la misma contestación una y otra vez, pero admite que no le molesta hacerlo. "Llevo desde los 12 años haciendo esto", dice, recordando que desde sus años en Menudo hasta hoy, a sus 48 años, no ha hecho otra cosa que no sea estar en el mundo del espectáculo.Luego de cuatro horas de espera, finalmente toca nuestro turno. Ricky saluda con café en mano, el cual pide permiso para tomar. Luego busca la comodidad en el sofá, cruzando una pierna, y comienza a conversar sin detenerse.Desde el Verano del 2019, en el cual tuvo un papel protagónico, el cantante puertorriqueño no había pisado suelo boricua. Esa jornada histórica, que acabó con la renuncia del entonces gobernador Ricardo Rosselló, lo marcó por muchas razones. Porque vio cómo un pueblo se unía fuera de líneas partidistas ante las injusticias, porque sintió que formó parte de un capítulo histórico en el país, pero, sobre todo, porque vio en primera fila a una nueva generación que entiende traerá un "cambio revolucionario".Todas esas vivencias que experimentó percolarán en su nueva producción discográfica que saldrá este año al mercado, así como en su nueva gira de conciertos "Movimiento Tour", que estrenará en la isla los días 7, 8 y 9 de febrero en el Coliseo de Puerto...

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