Pueblo V. Chaar Cacho 1980, 109 D.P.R. 316

AutorDra. Ruth E. Ortega-Vélez
Páginas243-245

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Privilegio: Que nos se Comente el Silencio del Acusado.

Hechos: El apelante fue acusado de Asesinato en Primer Grado y de tres delitos de apropiación ilegal agravada. Renunció a su derecho a juicio por jurado. Terminada la prueba de cargo, el apelante sometió su caso sin ofrecer prueba de defensa. El testigo Edwin González Cortés declaró, entre otras cosas, que vivía en San Sebastián en un apartamento al lado de Don Flores Rivera, que el día 16 de diciembre de 1975 se encontraba en su apartamento acompañado por Israel Román. Cerca de las siete de la noche oyeron unos gritos como de una persona que gritaba duro, quejándose. Ambos salieron al pasillo del edificio y observaron que los gritos se originaban en el baño del apartamento de Don Flores Rivera. La ventana del baño estaba semiabierta y pudo observar al acusado abriendo la puerta del baño y saliendo. Se colocó cerca de la entrada del apartamento y observó salir primero a una persona desconocida y luego al acusado. Llamó al acusado, pero este no le contestó. Entró al apartamento acompañado por Israel Román y encontraron a Don Flores Rivera acostado boca abajo en el piso en un charco de sangre.

Juan I. Medina declaró que el 16 de diciembre de 1975 él era policía estatal y estaba de turno en el cuartel de San Sebastián. Comenzó a trabajar esa noche

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a las 7:30 P.M. Antonio Acevedo fue a informarle que habían asesinado a Don Flores Rivera. El Sargento Vega y el policía Sánchez salieron para el sitio donde ocurrieron los hechos. A los pocos minutos llegó el acusado al cuartel sudoroso y jadeando y le pidió agua. El acusado le dijo que había observado a las personas que agredieron a Don Flores Rivera y al ver lo que estaba ocurriendo abandonó el lugar y fue al cuartel de la policía. Mientras hablaba con el acusado notó que el reloj y los espejuelos de este tenían manchas de sangre. Le preguntó al acusado sobre las manchas de sangre y este, sin ofrecer explicación alguna fue y se limpió las manchas.

El fiscal Luis A. Román declaró que a noche de los hechos, cuando le informaron sobre el asesinato, se dirigió directamente a la residencia de Don Flores Rivera acompañado por el agente investigador y el fotógrafo. Al llegar al cuartel se encontró con Chaar Cacho quien le indicó que había estado en el apartamento de Don Flores Rivera esa noche y sería su testigo estrella. Decidió tomarle una declaración jurada a Chaar Cacho quien no se opuso, sino que insistió en narrar él lo...

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