Puerto Rico 'se botó'

rtellado@elnuevodia.com

No se trataba de un partido cualquiera, pues acababa de batear varios lanzamientos del astro de Grandes Ligas, Carlos Beltrán.

El vivaracho niño de San Sebastián arribó a la casa de su ídolo, en Manatí, en la nueva silla de movilidad que obtuvo gracias a Sueño de Navidad. Ese día de enero el chico, que padece de espina bífida, hidrocefalia y vejiga neurogénica, vio hecho realidad otro de sus anhelos: jugar con el jardinero de los Mets de Nueva York.

"Al abrirle las puertas de su casa y recibirlo, estamos todos viviendo el sueño de Bryan", afirmó Víctor Rivera, tío del niño, con una gran sonrisa. "Es una experiencia inolvidable tanto para Bryan como para nosotros".

Asimismo, otras nueve familias se han beneficiado de la solidaridad de miles de lectores luego de la publicación de sus casos como parte de la serie Sueño de Navidad.

Waleska Pérez, madre de Fernando y Ariana Vázquez, manifestó: "Estamos bien agradecidos porque no sólo se consiguió lo que los nenes necesitaban, sino que también recibimos otras cosas que a la familia le hacían falta". Entre esa ayuda adicional están los juegos de sala y comedor.

Gracias a la respuesta de la gente, Fernando y Ariana, quienes padecen de hipotonía, retraso motor y del habla, tienen sus propias habitaciones. "Ellos están encantados con sus nuevos juegos de cuarto. Son hermosos", contó la madre. "Ahora cada cual tiene su espacio".

Agregó que el apoyo recibido también les ha levantado el ánimo a ella y a su esposo. "A veces la motivación se va por el piso, pero Sueño de Navidad nos ha devuelto deseos de seguir adelante, pues siempre hay gente dispuesta a ayudar", expresó Waleska.

Otra familia que recibió más de lo esperado lo fue la de Sebastián Torres, trujillano de cuatro años que padece de ictiosis lamelar, enfermedad que le mantiene la piel escamosa y le provoca picor. Aida Rivera, madre de Sebastián, contó que fue contactada desde Filadelfia por una persona que le donó un juego de sala. También recibieron enseres y una mecedora para el niño.

"Con todo lo que traían él se emocionaba, se reía y se tocaba el cachete con los deditos juntos como diciendo 'muy bonito'", contó Aida.

"La Policía le hizo un cuarto de juegos, le pusieron cortinas y lozas, trajeron juguetes y lo adornaron, les quedó precioso", recordó agradecida. "Él se ve más alegre y contento porque ve que le están demostrando...

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