Puerto Rico es víctima del egoísmo de Trump

El cerebro se formó en un ambiente evolutivo que exigía agresividad y egoísmo para subrevivir. Eventualmente, la cooperación y la convivencia fueron convenientes. Así se estableció el conflicto ético fundamental plasmado en nuestros cerebros: egoísmo versus empatía.

Donald Trump, con su mentalidad de hombre de negocios, en su afán de dar grandeza a Estados Unidos, aplica su fórmula de egoísmo sin pena. El resultado beneficiará a las grandes empresas que rigen a su país, en detrimento de la calidad de vida.

¡El dólar es rey! Se enfatizan los embelecos y no la felicidad, la cual que se consigue con las relaciones interpersonales en las que existe el amor y la empatía.

Somos la primera víctima. Como ya no tenemos valor geopolítico, no se justifica la inversión. La estadidad sería una dádiva, y...

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