A punto De un Desastre nuclear

Especial El Nuevo Día

El mundo está a punto de un desastre nuclear y un impostor del presidente de Estados Unidos reúne a los líderes del resto de las potencias mundiales e incita una pataleta de egos que culmina con cada uno activando sus misiles. ¿Creíble? Para nada, pero eso no le resta absolutamente nada a la diversión escapista que provee esta secuela.

A diferencia de un "B Movie" pretensioso como Olympus Has Fallen, esta superproducción de Paramount Pictures no aspira a ninguna otra cosa que no sea elevar los niveles de adrenalina del espectador con secuencias de acción de primera.

Una de las sorpresas inesperadas de esta secuela, que estrena hoy en Puerto Rico, es la escala masiva en la que se han montado unas secuencias de acción que parecen haber sido diseñadas para dejar al fanático más exigente con la boca abierta.

A diferencia del primer filme, que llegó a las salas arropado de un aura comercial inerte cortesía de la dirección rutinaria de Stephen Sommers (The Mummy), la ambición de impresionar y sorprender al público es totalmente tangible. El otro recurso que logra que esto sea posible es que esta cinta es probablemente la mejor conversión a 3D que un estudio ha hecho desde que la fiebre de este formato llevó a Hollywood a tratar de justificar el que la taquilla sea más cara.

A pesar de toda esta pirotecnia digital y los millones invertidos para resaltar la acción en 3D, el mejor recurso de la producción es la dirección de John Chu (Step Up 2, Never Say Never). Nada en su filmografía anterior había indicado la aptitud que este joven cineasta tiene para el género de acción, pero con este filme Chu...

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