Quebec, romántica y vibrante

Por Raisa Rivas Español

Especial para De Viaje

Se presenta por estos días fascinante, espectacular. Por eso los del área hacen la ruta de Nueva Inglaterra-Canadá, saliendo usualmente desde Boston y Nueva York, y aunque hay salidas en verano desde esos mismos puertos, es entre agosto y octubre cuando el itinerario resulta más popular.

La ciudad es una de las más pintorescas e históricas de Canadá. Es el lugar de la batalla más famosa del país y está rodeada de montañas, bosques, lagos y ríos -el San Lorenzo atraviesa de este a oeste la ciudad, y abarca más de 1,100 kilómetros de extensión. La primera ventaja de llegar a Quebec en crucero es el propio puerto, que está justo en el centro de la ciudad.

Con cruzar la calle tienes múltiples atracciones, empezando por el Museo de la Civilización, desde donde puedes tener una linda vista de tu barco en puerto. Ese es solo uno de los museos que verás en Quebec, una ciudad donde se experimenta el arte en todas sus manifestaciones.

Allí cerca, en lo que es la parte baja de la ciudad, la 'Basse-Villeestá', está uno de los distritos más famosos, el 'Petit-Champlain', cuyas estrechas callecitas recuerdan una vetusta villa francesa. En ese distrito hay múltiples tiendas de souvenirs y exclusivas boutiques, galerías de arte y restaurantes. Luego, para pasar a la parte alta de la ciudad, puedes usar el funicular o subir por las famosas 'Escalier Casse-Cou' o 'escaleras rompe cuello'.

En tu recorrido no te pierdas el distrito histórico declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1985. En la amurallada ciudad hay varias puertas importantes, incluyendo la de 'Saint-Jean' que ahora es punto de reunión de turistas y residentes en las tardes. Allí verás el Parlamento, especialmente lindo al anochecer, y la Fontaine de Tourny, ubicada al frente. Muy cerca está el Observatoire de la Capitale, que te ofrece impresionantes vistas de la ciudad, incluyendo al Parque Battlefields, un lugar decisivo en la batalla entre tropas francesas y británicas en 1759. Allí está la impresionante basílica Notre-Dame-de-Québec, con numerosas obras de arte y los restos de cuatro gobernadores de Nueva Francia. También verás allí el imponente Chateau Frontenac, el castillo hotel más fotografiado del mundo.

Eso es más que suficiente si estás solo un día en esa ciudad, pero te recomiendo terminar la noche en uno de sus buenísimos restaurantes que la han hecho merecedora de ser llamada "La capital de la gastronomía mundial". Desde...

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