Quiebre en la comunicación

Rafael Lama Bonilla

Cuando se trabaja en ambientes en extremo turbulentos, el ruido tiende a distorsionar las prioridades y a nublar la visión, haciendo el camino hacia la recuperación uno mucho más largo y complejo.

Ya sea trabajando para el sector privado, para el gobierno o la academia, tener un norte y una visión de hacia dónde se dirige la organización es vital para sobrevivir, crecer y llegar a las metas fijadas, aún en tiempos tempestuosos.

Si bien lo antes expuesto puede hacer todo el sentido del mundo, lo que todavía resulta desconcertante es el porqué tantas entidades fallan a la hora de plasmar una visión clara y en dar una dirección coherente para lograr sus objetivos.

El talón de Aquiles en estos procesos suele tener sus raíces en la falta de comunicación.

Establecer una meta de, digamos, llegar al 95% de la energización del país para diciembre, no es una mala idea. El escollo está en lo que a todas luces apunta hacia un incumplimiento de esa meta, en un Puerto Rico golpeado y aún en el piso, a más de dos meses del paso del huracán María.

La raíz de ese problema se encuentra, en gran medida, en un quebrantado proceso de comunicación. Con los públicos internos, evidentemente, hubo fallos de comunicación, considerando contratos multimillonarios como el de Whitefish, cuya autorización se dio sin la transparencia necesaria.

La comunicación con el público externo -la gente- ha fallado precisamente porque se ofrecen unas metas que luego no se...

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