La química entre el café y usted

Por Barbara Casañas Montes

Especial El Nuevo Día

Si la contestación es "sí", entonces usted forma parte del aproximadamente 70 a 80% de la población mundial que consume café.

Esta bebida es básicamente agua caliente que ha pasado a través de los granos pulverizados del café y solo en su aroma podemos encontrar alrededor de 900 compuestos químicos. ¿Pero qué es lo que hace que esta bebida sea tan popular entre la gente?

Una de las razones principales para su popularidad es su atractivo y tranquilizador aroma.

En el 2008, el grupo de investigación de Yoshinori Masuo del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología en Japón demostró que tan sólo oler el café podría tener beneficios para la salud.

Al utilizar ratas privadas de sueño y exponerlas al aroma del café notaron que hubo cambios en los niveles de proteínas en las células del cerebro como protección contra los daños relacionados al estrés.

Esto indica que los compuestos químicos que se encuentran en su aroma pueden aliviar el estrés, realidad que trae nuevas interrogantes respecto a si aspirar el aroma del café sería mas beneficioso que tomarlo. Ya se realizan estudios sobre este particular.

Otra razón que hace popular al café se relaciona con uno de los más de 800 compuestos químicos que contiene, entre los cuales están la sacarosa, la celulosa, el ácido tartárico (encontrado en los vinos) y el ácido cítrico.

Este singular compuesto se llama cafeína, un polvo blanco y amargo que se encuentra en más de 60 plantas alrededor del mundo y es el alterador químico de la mente más consumido mundialmente.

Usualmente pensamos en tomar una taza de café cuando queremos mantenernos despierto, pero, ¿cómo trabaja en nuestro organismo?

La cafeína actúa en nuestro cuerpo como el opuesto a la adenosina. Ésta es un neuromodulador que toma parte en la regulación del sueño.

Cuando tenemos sueño, los niveles de adenosina aumentan en nuestro cerebro. A medida que tomamos café, las moléculas de cafeína -que tienen una forma similar a las de adenosina- comienza a excitar las células del cerebro, usualmente entre 15 minutos y una hora después de...

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