Raúl Juliá: prematuramente inmortal
Por Jorge L. Pérez
jperez@elnuevodia.com
"Éramos parte de un grupo, todos con mucha ilusión y todos pelaos", recordó recientemente. "A veces yo iba con Raulito allá por la calle 48, por los muelles, para tomar 'sake' (el licor japonés), porque era lo más barato".
Y en una de esas salidas, López Neris hizo un pronunciamiento singular: "Le dije a Raulito que me interesaba mucho la vida de Isabel 'La Negra', esa madama de Ponce, que algún día iba a hacer una película sobre ella y que me gustaría que él actuara en ella".
"Raulito me dijo que sí".
El momento llegó en 1979: López Neris consiguió el respaldo económico de los estudios Columbia y le compró al hijo de la recién fenecida dueña de un burdel los derechos para filmar su vida.
Ya para entonces, naturalmente, Juliá era un actor famoso, habiendo filmado varias películas después de haberse destacado durante años como actor teatral en Nueva York, donde había mostrado una gran capacidad para las obras clásicas, empezando por Shakespeare.
En aquellos momentos, de paso, actuaba en una representación de 'Drácula' en Broadway, cuando López Neris viajó para hablar con él.
"Muy bien pudo haberme dicho que no podía", recordó López Neris, "que estaba haciendo una obra en Broadway y que ya tenía pendiente una película con uno de los grandes en Hollywood. Pero aunque su agente no quería, él hizo todos los arreglos: se buscó a un actor para que lo sustituyera un par de semanas en la obra de Broadway e hizo la película conmigo".
La anécdota le comprobó a López Neris que, además de ser un buen amigo y todo un profesional, Juliá tenía otra cualidad muy especial: "Era un hombre de palabra".
Cuando murió víctima de un infarto a la edad de 54 años el 24 de octubre de 1994, luego de un año de batallar con un cáncer estomacal, Juliá atravesaba tal vez por su mejor momento, en lo que a éxito comercial se refiere: entre sus películas más recientes se encontraban las dos exitosas comedias que había hecho como patriarca de The Addams Family (Los locos Addams), y ese mismo año había ganado un Emmy como mejor actor dramático en la película de televisión The Burning Season, sobre el líder obrero brasileño Chico Mendes.
Esa tendencia -algunas películas ligeras alternadas con otras más 'serias'- fue una característica de toda su carrera, que incluyó también su laureada actuación en El beso de la mujer araña (1985), donde hizo el papel de un prisionero político, así como Romero (1989), donde representó al asesinado...
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