Entre recaudos y sensibilidad en Hacienda

Por Brunymarie Velázquez

brunymarie.velazquez@elnuevodia.com

Los números tienen fama de frialdad. Y cuando se calcula el déficit en un país que parece hacerse pedazos, no es raro que quien más sufre sea el que termine pagando. Y ese es el pueblo. Pero la secretaria del Departamento de Hacienda parece tener eso claro. Dice que no hay forma de que se encamine un país si se pierde la sensibilidad.

Acosta se muestra muy gentil y tal vez contrasta con la seriedad con la que ha tenido que anunciar las medidas para resolver la crisis del Sistema de Retiro y dialogar con las casas acreditadoras en Nueva York.

Pocos quisieran estar en sus zapatos. Pero más allá de ser una de las figuras principales en la batería de reestructuración económica de la administración actual, hay un ser humano que refleja una gran sencillez.

Acosta, oriunda de Arecibo y con una maestría en Administración de Negocios en Harvard, es una amante del arte, de los viajes, del mar y del buceo. Cuenta que ha visitado casi toda Europa, Estados Unidos y que ha recorrido Latinoamérica. Por el momento tiene en la lista a la India, Tailandia y Egipto. Y en algún momento piensa ponerse el equipo para lanzarse a bucear de nuevo.

¿Qué hace que usted se levante por la mañana y corra con su agenda? ¿Tiene alguna motivación?

Mis mañanas son bastante parecidas: a las 4:30 de la mañana estoy leyendo todas las portadas de los periódicos y las noticias que envían de la Oficina de Prensa de La Fortaleza. La verdad es que tengo tantas cosas en la cabeza y a veces muchas que no me dio tiempo a hacer el día antes. Me levanto eléctrica.

Entonces, son sus responsabilidades las que la mantienen funcionando.

Sí. Antes me levantaba más tranquila; ahora es pensando en la agenda. Y eso, obviamente, me activa mucho. Soy bastante centrada. En mi casa yo soy la mediana y siempre he sido como la figura a la que acuden todos cuando tienen un problema.

Quizás la de mayor temple.

Sí. Tengo una tía abuelita de 97 años. Le administro sus cuentas y veo el cheque de $400 que le llega de su pensión mensualmente. También hay mucha sensibilidad en mí.

¿Mezclan los números y la sensibilidad?

Cuando tomo decisiones como las de Retiro, siempre pienso en mi tía abuela. Ella, por ejemplo, me tiene a mí y a mi familia. No le va a faltar nada, pero yo sé que no es así en todos los casos en Puerto Rico. Ciertamente, uno lo siente.

Para mí los números no son blanco y negro: es la cara humana de las personas afectadas. Y a veces uno tiene que tomar decisiones fuertes. Esto de Retiro se está haciendo para salvar el sistema, porque el año que viene los activos se acaban y lo que está en riesgo no es el bono de Navidad o el de verano, es la pensión completa. De esto se trata.

Yo soy bien sensible. Tengo mucha sensibilidad con casos de maltrato con animales y lo otro que me toca de cerca es el maltrato de los niños y las personas mayores. Me choca mucho. Quien me ve hablando de números no lo piensa.

Y ese es su rol...

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