Receta más alocada

Juanma Fernández-París

Especial para El Nuevo Día

Aún así la trama principal, un toque de Jurassic Park con un mensaje ecológico más diluido para los más chicos del público, es claramente una excusa para plasmar en la pantalla una animación digital de primera en un universo donde literalmente cualquier cosa es posible. En el caso de esta película toda la inventiva se va en crear un mundo donde la comida cobra vida y es reconfigurada como una variación de una especie. Aunque esto parezca simple y limitado, la calidad de la animación es hipnótica y la producción completa su fórmula ganadora con un excelente sentido del humor que apela a cinéfilos de todas las edades.

La trama de esta secuela comienza literalmente sesenta segundos después del final del primer filme. Después de haber salvado el mundo, Flynn y sus amigos tienen que evacuar la isla de Swallow Falls temporeramente en lo que los científicos de Live Corp Company restauran el ecosistema natural. Mientras esto sucede, el protagonista es reclutado por el ídolo de su infancia Chester V, un gurú de las ciencias y las innovaciones, para crear una invención que no amenace el futuro del planeta. Después de seis meses de no lograr este objetivo, Flynn tiene la oportunidad de redimirse cuando es reclutado para salvar su isla natal. Su invención...

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