Reciclando

Ruth Merino

En los hogares, los papeles y los cartones limpios se van guardando en una caja o en una bolsa de papel. Los objetos de metal y otros tipos de cartón, en bolsas plásticas azules. Los desperdicios que no pueden ser reciclados (alimentos desechados, papeles sucios), en bolsas plásticas amarillas. Para que nadie se confunda, los camiones de la municipalidad pasan a buscar estos desechos en horarios diferentes.

¿Y qué de los frascos y de las botellas de vidrio? Son llevados a centros de acopio, donde se ubican (¡naturalmente!) de acuerdo con su color. Blancos, aquí; verdes, allá. ¿Televisores, radios, celulares? A un centro de acopio especial para ellos, por supuesto.

Las autoridades motivan a los residentes con mensajes entusiastas: "En 2005 hubo 272 kilos (599 libras) de basura por habitante; en 2011, 213 kilos (469 libras). ¡Muchas gracias por sus esfuerzos!".

El sistema funciona porque los belgas saben que así protegen su ambiente. Y, claro, también es muy acertado que se hayan establecido multas para quienes olvidan las reglas.

Los turistas entonces tenemos que aprender sobre la marcha para no desentonar. En estos días tuve que jubilar un abrigo de invierno cuyo fiel servicio de 20 años lo hacía...

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