Reflexión sobre el proceso electoral

JULIO E. FONTANET

CATEDRÁTICO DE DERECHO Y EXPRESIDENTE DEL COLEGIO DE ABOGADOS

Lo primero en agenda debe ser la implantación del voto y del escrutinio electrónico. En esa área hay que reconocer que nos hemos quedado rezagados. Durante la reciente elección fue frustrante saber que muchos colegios terminaron de contar las papeletas en horas de la madrugada y que muchas de las actas inicialmente no cuadraron. Por ello los resultados no llegaron con la prontitud que se espera en el siglo 21. En un escenario así será difícil reclutar funcionarios de colegio, de no implantarse el escrutinio electrónico.

Resulta sorprendente que el debate más candente en las pasadas semanas fue en torno a la oposición de los partidos mayoritarios a la inscripción de nuevos partidos, ya que es evidente que éstos prefieren que el pueblo tenga solamente dos alternativas en las urnas. Públicamente fundamentan su posición en los pocos votos que recibieron los cuatro partidos que no lograron el tres por ciento requerido en los votos a gobernador, para poder quedar inscritos. Sin embargo, pierden de perspectiva el valor agregado que imparte al proceso electoral el que los electores tengan distintas alternativas al ejercer su voto.

Sin embargo, nadie discute la excelencia -en la mayoría de los casos- de los candidatos nominados por los partidos minoritarios, así como que muchas de sus propuestas aportaron a una discusión más profunda y acertada en torno a las medidas que son imperativas para atender la crisis que estamos padeciendo. Su estilo y su contenido elevó el debate político respecto al que los partidos tradicionales nos tienen acostumbrados.

Es bien cierto que los partidos que no quedaron inscritos deben comenzar un proceso de introspección con su militancia para determinar la deseabilidad de su reinscripción, ya que la misma no puede ser automática. Es evidente que un nuevo partido tiene que aportar algo distinto al proceso político; ahí estará su legitimación.

En todo caso, cualquier cambio o reforma electoral tiene que...

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