Reflexiones de un 'rey' efímero

Por Mario Alegre Barrios

malegre@elnuevodia.com

Ahí, quien se convertía en presidente, tenía la misma suerte que el archifamoso "rey" de la ranchera de José Alfredo Jiménez, que siempre hace "lo que quiere" y cuya palabra "es la ley".

Con el triunfo de Vicente Fox y el Partido Acción Nacional (PAN) en el año 2000, no solo terminó la dinastía de poco más de siete décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino también ese rasgo tan entronizado que convertía en una suerte de efímero dios al presidente, quien a su vez debía su fortuna a su predecesor, otro dios igualmente mortal.

A un lustro de haber abandonado la presidencia mexicana, Vicente Fox mantiene no solo la vitalidad que lo cargó en su camino hacia Los Pinos -residencia oficial de los mandatarios en la Ciudad de México- sino también el verbo fácil que lo caracterizó, algunas veces para seducir y convencer, otras para escandalizar y meterse en no pocos apuros.

De visita en la Isla para participar en la convención anual del Centro Unido de Detallistas que se celebra durante este fin de semana en el hotel El Conquistador, en Fajardo, Fox conversa con El Nuevo Día.

¿Cansado de las entrevistas? ¿Cansado de que al final, casi siempre, le terminen haciendo -quizá con palabras distintas- las mismas preguntas?

De ninguna manera... cuando haces una buena elección de propósito nunca cansa. Cada día junto a Marta (Sahagún, su esposa) me parece que la vida nos da una nueva oportunidad y esto es parte de eso y una manera de trabajar por nuestras convicciones, por los pobres, por nuestra nación y nuestra querida Latinoamérica.

Parece que sigue muy enamorado de doña Marta....

Toda la vida. Desde que comenzamos a trabajar juntos, compartiendo nuestro proyecto, incluso sin tener ninguna relación y mucho menos íntima. Ella renunció a lo que hasta antes de eso hacía y me siguió en mis locuras cuando decidí correr para presidente de la república, incluso cuando nadie creía en mí.

A once años de aquel histórico triunfo del PAN que acabó con la hegemonía cuasi dictatorial del PRI de 72 años, ¿a qué atribuye fundamentalmente ese cambio de paradigma?

En primer lugar, a un gran cansancio de la ciudadanía, a su enorme aburrimiento y su gran enojo porque las cosas no se daban, sin la menor esperanza de prosperidad. En lo personal, a mi gran hartazgo ante un régimen autoritario, como empresario, como agricultor, como ganadero, indignado por la corrupción. Fue entonces que decidí que tenía que hacer...

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