Una reforma para la reforma

Por: Michelle M. Benítez

Presidenta de la Sociedad para la Gerencia de los Recursos Humanos, Capítulo de Puerto Rico (SHRM-PR)

Se han propuesto y, en otros casos, materializado diferentes reformas. Lo que debemos preguntarnos es: ¿qué hace o viabiliza que algo logre cambiar? ¿Son intereses o influencias creados, o es más bien a consecuencia de que existan unas necesidades reales fundamentadas en argumentos lógicos, racionales y alcanzables?

La respuesta reside en cada uno de nosotros, decidir y entender por qué apoyar una gestión de cambio, a quién responde y a quién beneficia el mismo. En la medida en que la respuesta es al país, andamos en la dirección correcta.

Necesitamos ser verdaderos agentes de cambio con un propósito. Para ello, se hace necesario dar consideración a promulgar un diálogo multisectorial donde el boleto de entrada requiera lo siguiente: estar dispuesto a escuchar, respetar, ceder para buscar opciones que nos permitan a todos ganar.

Solamente si cada colaborador acoge genuinamente y amolda su conducta a estos preceptos podremos lograr tracción hacia mejores tiempos.

Cuando hablamos de reforma o transformación laboral, debe quedar claro que ello no es la solución exclusiva a nuestra situación colectiva como país. Es más bien una de las piezas que comprende el rompecabezas de nuestra actual sociedad puertorriqueña. Desafortunadamente en ocasiones caemos en la trampa donde el "tirijala" de cada sector, cada uno buscando solamente lo que atiende su perspectiva, obstaculiza lograr avanzar para resolver asuntos de relevancia, incluyendo los relacionados a nuestro entorno de trabajo y de legislación laboral. En realidad todos sabemos que de una forma u otra necesitamos gestar inminentes cambios en nuestras leyes laborales. Si bien es cierto que todos como empleados queremos las mejores condiciones de trabajo, también es cierto que muchas leyes laborales vigentes ameritan ser atemperadas a nuestros tiempos.

Si logramos delinear un verdadero propósito de superación, estaremos más aprestos a entender que el objetivo del cambio no es el de eliminar, quitar beneficios o derechos, sino ofrecer y ajustar estos derechos y beneficios a la realidad y necesidad social, económica y laboral de estos tiempos.

También debemos ponderar si es necesario legislar sobre todo asunto que forma parte de la conducta social. Aunque un proyecto sea bien intencionado en ocasiones su propósito no hace sentido ni promulga justicia social balanceada.

Los...

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