Ante la reforma contributiva

CARLOS E. DÍAZ OLIVO

ANALISTA POLÍTICO

El gobernador Luis G. Fortuño en su propuesta de reforma contributiva, descarta por completo este paradigma histórico de la administración pública puertorriqueña. Así, en su propuesta, desenfatiza el papel protagónico tradicional del Gobierno para encomendar esta función al ciudadano y al sector privado en general, incluyendo tanto a los empresarios puertorriqueños como al llamado tercer sector.

Este nuevo paradigma lo resume al postular que el ciudadano sabe mejor que el Gobierno lo que le conviene, y que un dólar en su bolsillo es mejor que un dólar en manos del Gobierno.

Como parte de su plan, anuncia que su administración habrá de reducir la carga contributiva de los individuos a la mitad y la de los negocios en una tercera parte. Esto incluye la eliminación total de tributación a ciudadanos con menos de 20,000 de ingresos.

Para alcanzar este objetivo, el Gobierno habrá de un imponer un arbitrio de un 4% a las transacciones intracorporativas que efectúan las corporaciones extranjeras y sus afiliadas. Esta es una estrategia tipo Robin Hood, en la que se despoja a los poderosos de parte de sus riquezas para transferírsela a los pobres y menos afortunados económicamente. Sin dudas, se trata de un golpe políticamente astuto y difícil de contrarrestar por la oposición, máxime cuando la propia oposición, especialmente el movimiento independentista ha promovido algo similar por años.

El éxito de este enfoque parece descansar en la expectativa de que el dinero que los...

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