Las reformas estructurales y el fin de la crisis

Gustavo Vélez

El jueves pasado finalmente, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) aprobó los planes fiscales del gobierno central, y las principales corporaciones públicas.

Pese a semanas de negociaciones, la JSF terminó aprobando su propia versión del Plan Fiscal, ante la falta de acuerdos para que el gobierno adoptara la totalidad de las medidas recomendadas por el ente federal.

El conflicto entre la JSF y el gobierno, se concentró principalmente en la reforma laboral, los recortes a las pensiones de los empleados públicos, y otros recortes fiscales, considerados demasiados fuertes por la administración de Ricardo Rosselló. El organismo federal creado en julio de 2016, por el Congreso mediante la ley Promesa, entendió que sus propuestas eran esenciales para lograr los objetivos del estatuto federal.

Luego de décadas de mala gestión gubernamental, el saneamiento fiscal del país y reestructurar la deuda, es esencial para rehabilitar la capacidad de crecimiento de la economía local.

Los sacrificios que demanda el cambio de ruta

Es evidente que después de dos décadas de mala administración pública, de endeudamiento masivo, y docenas de impuestos nuevos, que nos guiaron a la quiebra gubernamental, se requerirán medidas dolorosas y costosas en todos los sentidos. Por mucho tiempo, fuimos muchas las voces que advertimos, que era necesario implementar las reformas que hoy nos impone un ente externo creado fuera del marco “democrático’’ del país.

Me provoca vergüenza saber que pudimos haber sido nosotros mismos mediante la concertación, los autores no de un Plan Fiscal, sino, de un Plan Económico y de País que nos devolviera a la ruta del desarrollo.

Las reformas estructurales

Desde mi perspectiva, el “fuego cruzado” entre la JSF y el gobierno, unido a la demagogia, han impedido que el pueblo entienda la importancia de las llamadas reformas estructurales como componente esencial del Plan Fiscal.

Cuando se habla de reformas estructurales, nos referimos a un cambio radical en las estructuras e instituciones que han sostenido y regido el funcionamiento económico y gubernamental del país durante las últimas cinco décadas. Esas estructuras, como lo son el tipo de gobierno y el modelo energético, entre otros, que fueron de avanzada y efectivas en un momento histórico determinado, hoy dejaron de funcionar.

Reformar el conglomerado de instituciones es esencial para que de la misma manera que Puerto Rico logró un despegue económico e industrial a partir del...

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