Al son del refrán

LUIS RAFAEL SÁNCHEZ

ESCRITOR

Igual se requetesabe que la mudanza puede ser sorpresiva e hija de la pura casualidad. Hay quien permanece gravemente enfermo, a lo largo de diez años, pero en cuanto a morirse. nada. Y hay quien, estando en el colmo de la salud y de la fortaleza, estira la pata. de repente.

Hay otras casualidades, acaso más dramáticas. La picadura de un mosquito a quien le complace ir al cine, igual que le complace a su víctima. La alegría que ataca los nervios primero y el corazón después, justo cuando el infartado se entera de que le tocó la loto de diez millones. El dolorcito cabroncito que se presenta por el vecindario del hígado cuando menos se lo espera, igual a como se presentan las visitas cuando en la nevera no hay ni agua. La tos leve, a la cual ni caso se le hace, pero que trae larguísima cola.

¿Por qué excluyo de la relación anterior los achaques de la vejez? Porque éstos no son fruto de la casualidad. De tales achaques fuimos, somos y seremos puntuales anfitriones, una vez cumplidos los cincuenta años. Que es la edad cuando se comienzan a oír los preludios musicales de la llamada edad dorada. Unos preludios que, en ocasiones, desafinan y hasta chillan.

Las casualidades y las edades me recuerdan otro refrán pueblerino: "Un viejo puede durar cien años y un mozo puede morir mañana". Parece variación del anterior, si bien ambos constituyen sendas perogrulladas, no nos dejemos engañar.

El segundo refrán me conmueve en especial, pues lo asocio a situaciones horrorosas que son el pan nuestro del Puerto Rico contemporáneo. Un Puerto Rico envilecido por los caprichos de su muy ruin clase política.

Las situaciones terribles siembran la zozobra y el temor y dan paso a la alarma descontrolada. "Santurce está caliente". "San Juan es territorio tecato". "En Río Piedras asaltan a plena luz del día". Pero, también, las situaciones horrorosas legitiman las interrogaciones siguientes.

¿Cuántas de las muertes violentas ocurridas en Puerto Rico, en el transcurso de los últimos doce meses, tuvieron como protagonistas a personas jóvenes? Corrijamos, a personas jovencísimas, pues algunas de ellas tenían menos de veinte años. De esas personas, muertas en circunstancias dramáticas unas, trágicas otras, ¿cuántas aún vivían junto a sus padres, integradas al núcleo familiar en calidad de miembro dependiente? Estando en la cumbre de la juventud y la fertilidad y, quién quita si patrocinando el sexo negado al...

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