El regalo de la vida

DEBRA L. REUBEN

PSICÓLOGA CLÍNICA

De hecho, los doctores Edwards y Steptoe son padrinos honoríficos de más de mil bebés puertorriqueños, traídos a este mundo gracias a los conocimientos científicos y la preparación profesional de nuestros médicos especializados en medicina reproductiva. Vecinos, compañeros de trabajo, familiares -miles de puertorriqueños han confiado sus sueños de convertirse en papás y mamás a las manos capacitadas de estos equipos médicos.

Cada una de estas familias tiene su propia historia, desde la joven paciente de endometriosis que no logra concebir o el esposo con condición congénita que imposibilita la procreación espontánea. Muchos recuerdan a Isabella Mía, producto de un embarazo subrogado, colaboración de amor entre madre e hija, que hace apenas cuatro años conmovió al País.

Tanto regocijo, tanta alegría, tantos milagros de vida, esperados con tantas ansias y recibidos con tanto amor y gratitud. Se nos plantea el reto de cómo ampliar las posibilidades para que cada pareja y cada persona con problemas de infertilidad sea evaluada, diagnosticada y tratada. Que se disemine información al respecto, que se implementen programas de prevención y que se provea cubierta para tratamiento de infertilidad tanto por los planes médicos privados como públicos.

Irónicamente, el único gesto legislativo vigente sobre la procreación asistida es el P del S 1568, el cual pretende criminalizar modalidades de tratamiento tales como la donación anónima de gametos y la subrogación o donación compensada. Al clasificarlas como delitos graves, tanto los pacientes como el equipo médico se expondrían de 8 a 15 años de cárcel, sin derecho a probatoria por donación anónima y de 3 a 8 años de cárcel por procedimientos compensados.

Tan reciente como la...

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