'Milagroso' el regreso de Gina

Por José A. Delgado

jdelgado@elnuevodia.com

Cada aniversario de recordación de aquel duro 2 de abril de 2004 en que Gina no regresó a casa, sus padres reunían a cientos de personas en una vigilia en que la madre, Nancy Ruiz, reafirmaba que volver a ver a su hija era un milagro posible.

"Nunca tuvo dudas", dijo ayer Teresa Bryant, amiga de la madre de Gina de Jesús, quien fue raptada después de terminar su jornada escolar, cuando apenas tenía 14 años.

Gina, estudiante de la escuela intermedia Wilbur Wright, fue una de tres jovencitas que estaban en cautiverio en la casa del también boricua Ariel Castro, quien, según las autoridades, junto a sus hermanos Pedro y Onil, mantuvieron secuestradas también a Amanda Berry, ahora de 27 años, y a Michelle Knight, quien tiene 32.

Berry había desaparecido en abril de 2003, cuando tenía 16 años. De Knight, un caso menos conocido, no se sabía desde 2002, cuando no había cumplido los 21 años.

Durante su cautiverio, Amanda tuvo una niña que hoy tiene seis años, en circunstancias que por el momento las autoridades policiales locales y federales han preferido no explicar, pero que acentúan aun más la pesadilla a la que fueron sometidas esas muchachas.

Todas lograron escapar el lunes en la tarde, cuando en algún momento de descuido de Ariel Castro, Amanda comenzó a pedir auxilio y logró salir de la casa, junto a su niña, con la ayuda de un vecino.

Antes de que las demás salieran de la cueva en que se cree los hermanos Castro las tenían metidas -en el sótano de la casa, como esclavas-, Ariel, el propietario de la residencia, huyó a pie y fue detenido a corta distancia en un negocio. Sus hermanos fueron capturados poco después, gracias al testimonio de Amanda.

Cleveland, cuenta todo entrevistado, reaccionó con alegría e incredulidad.

"Me eché a llorar. Es un verdadero milagro", indicó William Burgos, quien es tan cercano al papá de Gina, Félix de Jesús -fueron juntos a la escuela intermedia y secundaria de la zona oeste de Cleveland en que viven- que se describen mutuamente como primos.

Antes de entrar a la casa de la familia De Jesús-Ruiz, Burgos comentó a El Nuevo Día que cada fin de semana en que se juntaba con su amigo, buscaba evadir mencionar el nombre de Gina, por no ahondar el pesar de su padre. "Hablábamos de deportes. Félix no tenía fuerzas para hablar de ella", dijo.

Todo el drama de este insólito caso se complica aún más al conocerse que no solo los hermanos Castro y los padres de Gina han compartido...

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