Reivindicado EL TATUAJE

Por Marga Parés Arroyo

mpares@elnuevodia.com

Cada vez más personas consideran que memorias de su boda, del nacimiento de un hijo o la muerte de un ser querido son acontecimientos dignos de ser recordados con una marca perenne en su cuerpo.

Tanto es su afán que están dispuestos a pagar miles de dólares por coloridos tatuajes que, incluso, en ocasiones tardan varias sesiones en completarse por el tamaño y la complejidad del dibujo.

"Ya no se asocia con sectores marginados, presos o soldados. Antes la gente no tenía una imagen pública favorable hacia los tatuajes, pero ahora hay más personas tatuándose, especialmente mujeres", dijo el antropólogo Jorge Duany.

Según el experto en comportamientos sociales, hacerse un tatuaje se ha convertido en una tendencia, una moda creciente, aunque muchos todavía prefieren lucirlos en lugares donde puedan ocultarlos por miedo a ser discriminados en sus lugares de trabajo.

"Antes se veía como algo del bajo mundo, algo tabú, pero ya no. Ahora la gente busca, a través de expresiones artísticas, plasmarle significado a diferentes vivencias", dijo el psicólogo Luis Román.

Según el doctor Carlos Andújar, en culturas pasadas, particularmente en el continente africano, el tatuaje era un símbolo de "estatus y madurez".

"Pero, en tiempos modernos, se ha convertido en parte de la cultura urbana y los jóvenes profesionales ven el potencial de mostrar tatuajes en su cuerpo en su tiempo libre", dijo el psicólogo clínico, quien recalcó que aún impera el prejuicio entre miembros de los llamados "baby boomers" (los nacidos entre 1940 y 1964).

Según el doctor Román, ya en muchos lugares de trabajo no es impedimento la visibilidad de tatuajes.

Sin embargo, aún hay ocupaciones que requieren que el empleado no luzca tatuajes en su cuerpo. Por ejemplo, el Reglamento de Personal de la Policía de Puerto Rico exige que los aspirantes a cadetes no tengan tatuajes o algún arte corporal visible.

Según el licenciado Manuel Rodríguez Banchs, abogado laboral, no hay otro reglamento que prohíba la visibilidad de tatuajes en el trabajo.

El licenciado Ruy Delgado, exsecretario del Trabajo, observó que tanto empresas privadas como agencias gubernamentales pueden, en sus códigos de vestimenta, prohibir que los empleados muestren tatuajes e imponer medidas disciplinarias si no cumplen con este requisito.

"Esto se da, especialmente, entre personas que tienen que intervenir directamente con público", dijo Delgado. Mencionó, por ejemplo, personas...

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