Relato de un amor posible

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

No se sabe la fecha en que se escribió. Su lenguaje es sugerente, deja entrever devoción. Cautiva, sin más. Se desconoce si llegó a su destino, al menos su destinataria no la contestó. Pero más allá de todas las dudas, los personajes de esta carta son los que causan la intriga mayor.

Su autor fue el almirante Cristóbal Colón y su destinataria, la reina Isabel, la Católica.

Parece ser una epístola de amor, observa la profesora Estelle Irizarry sobre el objeto de estudio y preguntas que la condujeron a la redacción del libro "La carta de amor de Cristóbal Colón a la reina Isabel" que se presentará mañana, a las 7:00 de la noche, en el Aula Magna del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, en el Viejo San Juan.

La misiva no va dirigida a las "Altezas" y frases como "Yo soy el siervo de Vuestra Alteza" y "Las llaves de mi voluntad yo se las di en Barcelona" resaltan de su contenido. "No queda ninguna otra misiva dirigida solamente a ella", escribe Irizarry en su libro al establecer un contraste entre el resto de las cartas que se dirigen a la reina y su esposo, el rey Fernando II de Aragón.

"Estaba escribiendo diferentes cosas y de pronto leí la carta, y me dije: 'Pero qué cosa más rara. Esto me parece una expresión de amor'. Fui a ver a mi esposo que no está en el campo de literatura y le pregunté qué le parecía. 'Es una carta de amor', me dijo. Y bueno, entonces me atreví porque no quiero ser la única persona en el mundo que lo cree", confiesa la autora entre risas sobre la obra que surgió a partir de su anterior libro "El ADN de los escritos de Cristóbal Colón".

La obra, publicada por Ediciones Puerto y disponible en librerías, tiendas de discos y Amazon, se basa en el texto que, para la escritora natural de Nueva Jersey que tras jubilarse visita la Isla anualmente, no configura una carta típica en contenido y forma. Aparte de que Colón le dedicara frases conmovedoras a la reina, según esta estudiosa, la belleza de la misiva estriba en la sinceridad de sus palabras.

"No conozco otra carta así. Existen muchos ejemplos del amor cortés donde el hombre dice que es siervo también, pero en esta hay un personalismo. Colón escribe cosas que tienen significación entre ellos. Lo dice y hay que descifrarlo", comparte quien subraya que la misiva muestra que "las sutilezas siempre son más atractivas que lo común".

Según Irizarry, algunos historiadores fechan la carta que reside en el Archivo...

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