Renace en la CRISIS

tperez@elnuevodia.com

El sueldo mayor del hogar, que componen el matrimonio y un pequeño hijo, se esfumó, así que la única entrada sería el limitado sueldo de ella. La crisis económica que vive el país secuestra el monedero de Amanda a diario.

"Ese primer mes que mi esposo no cobró, lo primero que te preguntas es cómo vamos a vivir ahora, cómo pagamos la casa. Sientes que te quitan el piso y todo lo que habías construido con tanto sacrificio se te desmorona instantáneamente. Entonces no te queda otra que mirar al cielo y pedir fuerzas. Visualicé que lo único que quedaba para salvar mi hogar era sostener las columnas y eso significaba fortalecerme y unirnos", recuerda la especialista en computadoras.

Ivette Zayas pasó "el Niágara en bicicleta", cuando el negocio familiar tuvo que cerrar y se quedaron con un significativo inventario de mercancía.

"Ahí pusimos todos nuestros ahorros y desaparecieron. Para saldar algo, nos quedamos sin reservas. Yo trabajo por mi cuenta y la cosa cada vez estaba más difícil para conseguir clientes nuevos, así que la presión era fuerte. Me convertí en la fuente principal de ingresos con tres nenes. Recuerdo que me latía la cabeza todo el tiempo, no dormía porque me la pasaba llorando y explotaba por cualquier cosa", señala Zayas.

Dos experiencias replican las de un país que busca sobrevivir estirando el peso. Abrirse a otros, revisar prioridades y valores, así como ajustar presupuesto, han resultado vitales para pasar las vacas flacas.

"A los hombres se les hace más difícil manejar las crisis económicas por su pobre manejo de emociones", opina la sicóloga clínica Elena Victoria Rivera Villamil, basándose en las evaluaciones en su consultorio.

"Ellos son más racionales y, si se ponen ansiosos y se preocupan, eso tiende a subir los niveles de ansiedad, lo que provoca pensamientos irracionales y catastróficos en los que la persona se tiende a hundir", añade la especialista.

Insiste en que variar la percepción de derrota por "entender que es una prueba de esperanza y fe" es fundamental para encaminarse a la recuperación.

La mujer, según ha atestiguado, se ajusta mejor a ese tipo de cambio drástico y tiende a "rescatar" al cónyuge, aunque muy bien los papeles pueden invertirse.

"Todos en la familia tienen que entender que enfrentan una prueba de paciencia y que se cierra una puerta pero se abre otra", propone la especialista en conducta humana.

Hay aislamientos saludables y hay aislamientos nocivos. En el caso de...

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