Renefobia

Miguel Rodríguez Casellas

Leyendo hace unos días las respuestas de lectores de este periódico a una noticia en torno al asesinato de un familiar de René, ocasión que usualmente hace que el público eche a un lado el rencor, me topé con una explosión de animosidad inimaginable.

El éxito de René irrita a grandes sectores del País. El Ricky pre-homosexual público y el Chayanne torsidesnudo no sólo eran tolerados, a pesar de su tontísimo repertorio y ser productos de consumo masivo sin grandes talentos que desplegar (igual que René), sino que se les elevaba al rango de orgullo nacional, ese renglón previo al procerato tan contagioso en este Caribe de hipertróficas inseguridades.

René no encaja en las narrativas pre-empacadas de éxito. Ni es el muchacho pobre del residencial, ni llena las expectativas de semental mediterráneo; su erotismo, si acaso, es de una crudeza adolescente, y eso es cuando no le está cantando a Latinoamérica, ese lugar abyecto.

René no es el nene que automáticamente llena las fantasías de mamás que no ven otro sentido a la vida salvo que la...

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