Se renueva hospedería en costa de Río Grande

Una treintena de turistas se relaja, bajo sombrillas o bajo el sol de mediodía, en el área de la piscina del Wyndham Grand Rio Mar Golf and Beach Resort, en Río Grande, hotel que con una inversión que supera los $20 millones reabrió al público en días recientes.

La hospedería, que estuvo cinco meses cerrada tras el paso del huracán María en septiembre pasado, comenzó a recibir turistas con una renovada oferta en el renglón de alimentos y bebidas, informó el gerente general, Nils Stolzlechner.

Esa oferta incluye el nuevo Caicu Rum Bar, que ubica en el vestíbulo del hotel y ofrece cócteles artesanales a base de ron en un ambiente moderno que requirió una inversión de $1.2 millones. “El nuevo bar elevó y cambió todo el ambiente del edificio. Quienes lo diseñaron también estarán a cargo del diseño del restaurante que está bajando las escaleras”, describió Stolzlechner.

Allí se cocina una nueva oferta culinaria, pues el antiguo local de comida asiática Shimas se convertirá en un restaurante de “comfort food” que aún no tiene nombre. Con una inversión de $1.8 millones, se espera que abra sus puertas este verano.

Tanto el bar como el restaurante eran parte de un plan de renovación que el hotel había preparado antes del ciclón. Ante el impacto del desastre natural, la administración optó por adelantar esos planes y combinarlos con las reparaciones, indicó el gerente general.

Entre esas reparaciones estuvieron las del restaurante Marbella, que sirve desayunos bufé y a la carta y se caracteriza por un gran ventanal con vista a la piscina y el mar. Stolzlechner explicó que, aunque los cristales del ventanal no se rompieron durante el ciclón, por el techo entró agua que provocó daños al interior del local, por lo que ahora cuenta con alfombras y muebles nuevos.

“Tuvimos los mayores daños en el quinto piso”, contó el portavoz, quien recordó que en los balcones de ese nivel se acumuló tanta agua que empezó a entrar a los cuartos, a los pasillos y a filtrarse por los techos hacia el vestíbulo y otras áreas más bajas.

“Hubo que reparar un total de 320 habitaciones; la mayoría de las paredes interiores tuvieron que ser removidas”, agregó.

También se cambiaron alfombras, muebles y decoraciones en gran parte de los 400 cuartos que tiene la hospedería, lo que les da un “look” más moderno.

Las tres piscinas del hotel, que ubican frente a la playa, terminaron el huracán llenas de arena y con el Tiki Bar destruido, por lo que se aprovechó para vaciarlas y...

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