Renueva sus raíces

Por José A. Sánchez Fournier

jose.sanchez@elnuevodia.com

"Para esa pelea, yo dejé la vida en el entrenamiento. No me confié, por el contrario, entrené más duro que para la primera pelea", relató recientemente Quintana, quien sorprendió a muchos cuando venció a Williams el nueve de febrero de ese mismo año, en el primer combate entre ambos. "Al perder (la revancha) de esa forma, no lo podía creer. Me cortaron todas las oportunidades. Engordé. Estuve cuatro meses sin darle a un saco, sin hacer sombra, sin hacer nada (relacionado al boxeo)".

Aunque continuó peleando ocasionalmente, incluyendo una fallida oportunidad titular ante Andre Berto en el 2010, hoy día admite que lo había abandonado el hambre y motivación tan necesarios para mantenerse en la cima del deporte de las narices chatas.

"No contemplé el retiro como tal, pero estaba casi 'retirao'", recordó sobre esa época Carlos.

"Entonces, hice una pelea en Ponce (en febrero pasado) y no me gustó como lucí. Y sabía que tenía que buscar algo que me motivara, que me ayudara a conseguir mejor condición física. Y me acordé de los plátanos", explicó el afable esgrimista zurdo, quien ahora ha integrado la agricultura dentro de su rutina de preparación física.

Y fue rodeado de matas de plátano, ají dulce, gandules y piñas, que el Indio reencontró el empuje y tenacidad que había perdido.

"Desde marzo estoy aquí 'metío'", dijo, mientras inspeccionaba las 1,300 matas de plátano que sembró en esa época, y que hoy día lucen saludables y listas para dar fruto. Su finca está ubicada en siete cuerdas de terreno frente a su casa. "Marzo y abril fueron los meses más duros. Yo solito zanjé, hice los boquetes, sembré las semillas. Y rebajé un montón. Entonces dije: Esto es lo que yo necesitaba. Aparte de que me distraigo. Y me gusta".

Carlos explicó que le dedica "como tres o cuatro días a la semana" a la siembra.

"Pero hay que trabajar de 'verdá'", aseguró Carlos, quien de chico aprendió sobre estos menesteres trabajando para sus tíos Gerardo, Miguel y Abraham Velázquez, agricultores de profesión.

"En el gimnasio ya yo, honestamente, no tenía la motivación. Muchas veces tú te aburres dándole al saco, la pesa. Es lo mismo", continuó diciendo. "Esto es diferente. Es fuerte y le metes más horas que al gimnasio, cinco o seis horas corridas (al día)...

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