Repertorio para brillar

Por Luis Hernández Mergal

Especial El Nuevo Día

Es precisamente sobre un poema de Palés, "Kalahari", que se inspira la primera de cuatro piezas cuyo título colectivo es "La muchacha de las bragas de oro", del compositor puertorriqueño Rafael Aponte Ledée, obra que abrió el programa del tercer concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR), bajo la dirección del maestro Maximiano Valdés, el pasado sábado en la Sala Sinfónica Pablo Casals en Santurce. Bajo el título de "Música y Letras", fue éste el primero de una serie de conciertos que a lo largo de la temporada incluirán obras sinfónicas vinculadas a la literatura.

Con un lenguaje contemporáneo y salteada de elementos rítmicos caribeños muy sutilmente entretejidos en la textura musical, la mencionada obra de Aponte Ledée representa sin lugar a dudas lo mejor de la música puertorriqueña actual. Valdés dirigió con gran precisión y la orquesta respondió con seguridad y un sonido brillante. Las maderas en los motivos cortos de la segunda pieza, "Dida", contrapuestas a las cuerdas y los glissandi del trombón, formaron un interesante contraste con las líneas largas de "Unicornio". El clímax de la obra fue la "Francachela" final que, comenzando con ritmos de montuno caribeño en los pizzicati del contrabajo, se transformó maravillosamente en una especie de desconstrucción, a base de citas, de "La valse" de Ravel, que nos recordó lo que hizo Luciano Berio en su "Sinfonia" con el Scherzo de la Segunda Sinfonía de Mahler.

La segunda obra del programa, "Noches en los jardines de España", para piano y orquesta, de Manuel de Falla, contó con la participación del afamado...

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