Al rescate de singular barra en Piñones

"Dios nos trajo un milagro", expresó convencida la empresaria Janet Morales, refiriéndose al equipo del programa Bar Rescue que viajó a la isla hace unos meses a reconstruir el negocio que ella y su pareja Víctor Villegas tienen en Piñones.Se trata de El K’rajo Beach Bar, un concepto playero de coctelería y picadera variada que abrió sus puertas en marzo del año 2016. Un año antes, el dúo empezó a rehabilitar la estructura, la cual había estado abandonada mucho tiempo. Invirtieron más de $100,000, pues querían dejar de ser empleados -ambos han estado hasta en Afganistan trabajando- para comenzar su pequeño negocio en la isla.Aunque reconocieron que en aquel momento poner el local en condiciones fue difícil, sentían que valía la pena el esfuerzo. "No teníamos para contratar a nadie que decorara, entre Janet y yo lo hicimos todo. El negocio quedó justo como esperábamos y llevaba un buen ritmo hasta que llegaron los huracanes Irma y María", narró Villegas, quien ha operado otros restaurantes.Irma arrastró mucha arena mojada hacia el local y despegó planchas de cinc en el techo. Pero nada se compara con los destrozos que luego les causó María. "La montaña de arena frente al negocio era más alta que yo y yo mido 5’11". Dentro del negocio la arena llegaba casi a los ocho pies, una parte del techo colapsó. Entró agua, también los amigos de lo ajeno. Vandalizaron y se llevaron bebidas, comida y equipos", relató el propietario.El seguro tardó casi seis meses en pagarle y la pareja estuvo ocho sin generar ingresos. "Fue frustrante y desesperante, llamaba casi a diario para saber el estatus de la reclamación y no me decían nada. En la casa estuvimos tres o cuatro meses sin agua y cinco meses sin electricidad", dijo Villegas.Con el pago del seguro se animaron y el dinero lo invirtieron en reparar el negocio. Trabajaban seis días a la semana desde las 7:00 a.m. y se pusieron como meta reabrir el 15 de marzo de este año. Su equipo de trabajo lo componían su amigo Rubén, que les tiró el techo de la cocina en cemento; Junito, primo de Janet, quien hizo los arreglos de electricidad; y su hermana Eneilda que paleó la arena y ayudaba en lo que hiciera falta.Diez días antes de su reapertura ocurrió lo inesperado: una marejada destruyó sin piedad los equipos y todo lo restaurado, esta arrastró un tronco de diez pies de largo...

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