Resistencia y esperanza

AMÁRILIS PAGÁN

DIRECTORA EJECUTIVA DEL PROYECTO MATRIA

"La equidad de géneros debe convertirse en una realidad vivida"

Michelle Bachelet, directora ejecutiva de ONU Mujeres

Cuando hablo de guerra, hablo de una guerra moral e ideológica en la que choca el derecho a la equidad contra un sistema social que sigue presumiendo la inferioridad de las mujeres mientras justifica las condiciones que las hacen vulnerables a la violencia.

La guerra no declarada en contra del derecho a la vida y libertad de las mujeres, cobra millones de vidas cada año. En nuestra Isla, la violencia de género se ha llevado decenas de vidas en los pasados años y ha privado de felicidad, paz y desarrollo a miles de mujeres, niñas y ancianas. Pocas veces las mujeres responden con el mismo nivel de violencia. Están concentradas en sobrevivir, en vivir, en resistir.

Cada año, sin embargo, al acercarse el 25 de noviembre y la conmemoración del Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres, aprovecho el momento para reflexionar sobre el tema desde una perspectiva personal. No me refiero con esto a que esté subestimando la gravedad y la variedad de manifestaciones de la violencia de género. Tampoco estoy diciendo que esa violencia es un asunto privado. Lo que digo es que todos, mujeres y hombres, debemos hacer esta reflexión, asumir responsabilidad personal ante el asunto y, desde esa responsabilidad, comprometerse a impulsar una respuesta colectiva que nazca de la conciencia, del amor y de la solidaridad.

No es casualidad que haya comenzado esta columna con una cita sobre la equidad de géneros. La desigualdad, en sí misma, es violenta. Los modelos internacionales de prevención de violencia hacia las mujeres reconocen la equidad como el antídoto a la misma.

La fórmula es sencilla: si las mujeres acceden a espacios de bienestar, de autonomía económica, de educación y de poder, su nivel de vulnerabilidad hacia la violencia disminuye. Si además, los demás sectores sociales las reconocen como seres humanos con derecho a pensar, actuar y sentir desde la libertad, se acaban los juicios, la necesidad de castigarlas, el afán de controlarlas y la ira descontrolada que las aniquila.

La fórmula es sencilla; convertirla en acciones, no tanto. Erradicar la violencia hacia las mujeres desde una fórmula de equidad requiere la acción de individuos, comunidades, organizaciones y gobierno. Algo que en los pasados años no fue posible ya que la visión gubernamental de las mujeres estaba...

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