Año de respiro

Por Joanisabel González

joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

l año 2011 pinta mejor cuando se habla de economía.

Sea por las ventas de automóviles, la mejora en la tasa de ocupación hotelera, la reducción de la retención salarial por la reforma contributiva o el Seguro Social, hay consenso en que el año que comienza ofrecerá un respiro a consumidores y empresas.

Ese grado de positivismo, no obstante, no puede interpretarse como recuperación o crecimiento y mucho menos, como el fin de las decisiones difíciles que debe tomar el país si quiere subsanar los retos estructurales que enfrenta su economía.

Los estimados del economista José Alameda, y otros de sus homólogos, apuntan a que el año fiscal 2010-2011, o sea el período que termina en junio, terminaría en negativo o en el mejor de los casos, cerca del 0% de crecimiento.

En cambio, el año calendario, podría ser "el tímido inicio" de una etapa de expansión, indica el catedrático.

"Esto es el equivalente a una enfermedad. De un catarro, nos recuperamos esencialmente rápido, pero con una enfermedad aguda, la recuperación tardará más", explica.

"Es que el hoyo donde estábamos era bien profundo", reconoce incluso el gobernador Luis Fortuño.

Desde el inicio de la recesión local, en marzo de 2006, el Producto Bruto se ha contraído en un 11%, señala el Centro para la Nueva Economía (CNE). En marzo de este año, el ciclo a la baja en la Isla habrá cumplido 60 meses.

La recesión estadounidense comenzó en diciembre de 2007 y concluyó en junio de 2009, según el Negociado Nacional de Análisis Económico (NBER, por sus siglas en inglés). Por ende, el ciclo de contracción de la primera economía del mundo -en cuyo principal centro financiero, Wall Street, se gestó la peor crisis financiera en una centuria- duró unos 19 meses.

"No hay duda de que será un año menos malo", opina el economista Luis Benítez mientras agrega que en ese sentido, se podrá decir que Puerto Rico ha llegado al fondo del ciclo de contracción y con ello, habrá una mejora, pero no implica subir aceleradamente o crecer.

Para hablar de recuperación en Puerto Rico, el esfuerzo ha de ser muy significativo, destaca Alameda.

La inversión en construcción tendría que superar los $ 2,000 millones; los gastos de consumo del Gobierno debieran rondar otros $ 1,000 millones y una cifra similar debiera gestionarse en consumo, calcula el académico.

Tales cifras, reitera el economista, apenas sirven para llegar a los niveles previos a la recesión. En el fiscal 2006, la economía local registró un desempeño de 0.5% y ese número es más o menos la mitad del crecimiento registrado en el primer año de este siglo.

En otras palabras, en estas condiciones, salir de plano, a una recuperación prodigiosa es casi imposible.

Desde la perspectiva del Gobierno, las piezas comienzan a colocarse en ruta a la recuperación.

Indica el Gobernador, que en algún momento de los primeros tres meses del año, la economía regresará a terreno positivo, lo que se reflejaría en el Índice de Actividad Económica (IAE), que publica el Banco Gubernamental de Fomento (BGF).

Fortuño está tan convencido de esa realidad que revela que en los próximos meses, diversas de las medidas que ha desarrollado su equipo económico, y que van en línea con la urgente necesidad de inversión de la que habla Alameda, se harán evidentes.

Entre éstas: un aumento en los vuelos desde Europa, incluyendo un...

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