El resplandor que emite una sonrisa

BRENDA I. PEÑA LÓPEZ

bpena@elnuevodia.com

Mucho se habla de lo que las entidades benéficas representan para las personas con necesidades especiales. Lo que raramente solemos escuchar es cuánto estos pacientes retribuyen a aquéllos que dedican su vida a trabajar con ellos.

Quienes han compartido con Rodolfo Misner Aguado, desde que le diagnosticaron la condición de síndrome de Down en sus primeros días de vida, afirmarían que los verdaderos beneficiarios son ellos, los que reciben día tras día la bendición de su contagiosa alegría.

A sus 43 años y con una lista de padecimientos que incluyen diabetes, hipertiroidismo y osteoporosis, Rodolfo, natural de San Juan, inspira a mucha gente a su alrededor al demostrar que cuando se quiere verdaderamente, se puede.

Sus problemas de salud, pueden ser limitaciones, pero él las considera más bien retos. Esa actitud positiva ante cada obstáculo que se le presenta en gran medida se la debe a su madre Elena Aguado, quien se esforzó por ofrecerle a su hijo, desde muy temprana edad, una educación orientada hacia las artes y los deportes. Esta formación multidisciplinaria sirvió además para facilitar su integración en la sociedad.

El acercamiento de doña Elena a la crianza de su hijo perseguía un tercer objetivo: que Rodolfo pudiera ser autosuficiente. "Es bien importante en el caso de una persona con necesidades especiales que se pueda exponer a muchas experiencias", asegura su progenitora.

Tal vez gracias a esa formación integral Rodolfo llegó a servir como asistente de clases de natación en la YMCA. Pero su experiencia laboral no se detiene ahí. El simpático nadador también trabajó por cinco años etiquetando muestras clínicas en el Hospital Pavía y, más adelante, fue parte de la plantilla de Doral Bank, por dos años y medio, donde clasificaba documentos de clientes. "Ahí yo quiero volver", asegura sobre la plaza que obtuvo mediante la Administración de Rehabilitación Vocacional.

Aunque le encanta trabajar, las grandes pasiones de este hombre con espíritu de adolescente son la pintura, la natación y especialmente el baile, al que se dedica con sumo entusiasmo.

Y es que el también orador es todo un sandunguero que gusta de toda la atención y los mimos que recibe. Lleva en todo el cuerpo el sabor de la bomba y la plena, bailes que cada semana practica en la academia Danzactiva y los que le han hecho merecedor de diversos reconocimientos.

Mientras habla con orgullo sobre sus numerosos logros, Rodolfo pausa...

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