Retante reapertura para las atracciones turísticas

Desinfección, mascarillas, guantes, termómetros y protocolos de distanciamiento que requerirán menos turistas por recorrido, son parte de los preparativos que realizan operadores de atracciones y excursiones al aire libre para reabrir, tras diez semanas de cierre obligatorio para contener la propagación del COVID-19."Nos estamos preparando para una nueva etapa de trabajar y de convivir con el virus, porque no está desapareciendo", manifestó Jorge Jorge Flores, principal oficial ejecutivo y propietario del parque de ‘ziplines’ y aventuras ToroVerde, en Orocovis, en alusión a que al momento no existe cura ni vacuna para este virus.Aunque ansiosos por reabrir sus negocios, los tres empresarios abordados por El Nuevo Día reconocieron que reanudar operaciones conllevará retos, como una mayor inversión económica en equipos de protección y desinfección, al mismo tiempo que una merma de ingresos debido a que deberán recibir menos visitantes a la vez para cumplir con el distanciamiento físico de seis pies entre personas.Tal es el caso de Aventura Cueva Ventana, en Arecibo. "Ya no serán grupos de 25 personas; serán de un máximo de diez si hay dos núcleos familiares y habrá un distanciamiento de diez pies o más entre los dos", explicó Froilán Oliveras, propietario del servicio de recorridos y del terreno donde ubica la cueva.Oliveras detalló que el plan para lidiar con el COVID-19 incluye estaciones de lavado de manos, requerir el uso de mascarillas a visitantes y empleados, proveer mascarillas a quienes no lleven la suya, brindar orientación sobre el distanciamiento y que tanto guías como asistentes vigilen que los turistas mantengan la distancia requerida.Estimó en 35% el alza en costo de nómina debido a que deberá tener más empleados para atender menos turistas, así como un costo de entre $3 a $5 por visitante en materiales de limpieza y protección. Aun así, no espera aumentar el precio del recorrido, que es de $10 para para residentes de Puerto Rico y $19 para turistas del exterior. "Hemos hecho ajustes para que la operación sea rentable", aseguró."Con este plan, recibiremos menos de la mitad de los visitantes que recibíamos antes, si tenemos suerte", dijo Oliveras, cuyo negocio logró retener a los siete empleados que tenía antes del cierre gracias al préstamo del Programa de Protección de Nómina (PPP, en inglés) de la Administración federal de Pequeños Negocios (SBA, en inglés). "Estamos preparados para reabrir, aunque sabemos que no tendremos la...

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