El reto de moverse en bicicleta

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Así, va todos los días desde su casa, en Río Piedras, hasta su trabajo, en el Centro Judicial de Hato Rey. Sale más temprano para llegar unos 20 minutos antes de su hora de entrada, y asearse y cambiarse de ropa en el baño. Usualmente, deja el uniforme allí y como le permiten trabajar con calzado deportivo negro, no tiene que cambiarse los zapatos.

La cosa es que el joven de 32 años hace su vida en bicicleta en la congestionada zona metro: visita a sus padres y va al supermercado, donde compra lo que le cabe en la mochila.

"A mí no me gusta decir que empecé a usarla como medio de transportación por necesidad porque, antes de usar la bicicleta, usaba la guagua de la AMA, el tren y la pisicorre. Pero, cuando empecé a usarla como medio de transportación, me di cuenta que era mucho más efectiva. El 'ride' de la guagua de Altamira a la Universidad (en Río Piedras) es de una hora por todas las paradas y los tapones, y en bicicleta me toma de 15 a 20 minutos", explica el joven.

"Lo peor que puede pasar es que llueva", dice. Pero lleva una capa y si llueve muy fuerte se detiene bajo algún alero hasta que baje la intensidad.

Además del tiempo que se ahorra, De la Rosa hace alarde de los beneficios económicos que recibe justo en momentos en que encarecen el combustible y otros productos. "No tengo que pagar la mensualidad de un carro, no tengo que pagar gasolina, ni un marbete y en mi mochila ando con una llavecita 15 para arreglar una goma si se vacía, un tubo (de goma) y una botellita de Co2 pa' inflar la goma... ¿sigo?", pregunta soltanto una risita juguetona.

La rutina de este boricua, rara en nuestro suelo, es parte de la cotidianidad en ciudades como Amsterdam, Copenhagen, Barcelona, Montreal, Portland y Beijing, donde cientos van a todos lados montados sobre dos ruedas y la población lo ve como algo normal. En Puerto Rico, usar la bicicleta para transportarse, más allá de la recreación, es un desafío a la infraestructura y la planificación urbana, diseñadas para el carro y los conductores, quienes no acostumbran a compartir las vías.

Sin embargo, el gobierno de la Isla, junto con organizaciones profesionales, diseña planes para promover el uso de la bicicleta como medio de transportación alternativo. Los beneficios que resultan a nivel económico, de salud, ambiental y urbanista, así como la mejoría en la calidad de la convivencia ciudadana son algunos de los argumentos que sustentan esas...

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