El reto de ser dueños y trabajadores

Por Marie Custodio Collazo

mcustodio@elnuevodia.com

La Cooperativa Industrial Creación de la Montaña, en Utuado, fue una de las que se fundó a principios de la década del 2000 como respuesta al cierre de las fábricas de textiles Permo Manufacturing y RanJer Manufacturing. Su objetivo: generar empleos.

En ese momento, 21 socios aportaron $ 2,000 cada uno para establecer el capital inicial, mencionó Carmen Borrero, administradora de la empresa y una de esas socias originales.

La maquinaria fue una aportación del Instituto Socio-Económico Comunitario, y la Administración de Fomento Cooperativo les ayudó a obtener su primer contrato, con la Autoridad Metropolitana de Autobuses.

"Estuvimos trabajando cuatro o cinco meses sin cobrar en lo que comenzamos a tener ingresos. Lo único que recibíamos era el desempleo, y hubo un tiempo en que nos lo quitaron porque no entendían que estábamos trabajando sin paga", recordó la trabajadora sobre los inicios de Creación de la Montaña en el 2002.

La cooperativa industrial hoy cuenta con 13 socios y 35 empleados, en su mayoría mujeres. Elaboran uniformes escolares y para agencias gubernamentales, y la línea de bolsos de tela Concalma. Las ventas anuales rondan los $ 900,000.

La administradora añadió que siempre han tenido contratos, ya sean con el Gobierno o clientes privados. Aunque no lo dijo como queja, sí mencionó que las cooperativas solían tener la ventaja de poder contratar con agencias públicas sin necesidad de subasta, pero este cuatrienio se eliminó ese beneficio.

"Hemos pensado en expandir para poder tener más contratos, porque ahora solo podemos hacer uno a la vez", dijo Borrero sobre un plan que le daría mayor estabilidad a la cooperativa, pero que no han puesto en vigor porque tendrían que incurrir en deuda.

"Uno trata de hacer todo lo posible por sacar esto adelante porque esto es de nosotros", expresó Ana Cortés, operadora y presidenta actual de la Junta de Directores.

Incluso antes de que comenzara el éxodo de manufactureras, los socios de la Cooperativa Industrial de Comerío se enfrentaron al cierre de su taller de trabajo, la fábrica White Cap en 1992.

Producto de una convocatoria de la Cooperativa de Ahorro y Crédito "La Comerieña", un grupo de 40 mujeres fundó la cooperativa con una aportación de $ 2,000 cada una, y $ 25,000 de la propia "La Comerieña".

La Cooperativa Industrial de Comerío llegó a tener 146 socios y sobre 200 empleados en tres edificios de la Compañía de Fomento...

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