¡Retrataos!

SILVERIO PÉREZ

HUMORISTA

Vayamos, sin las demagogias que se utilizaron durante la discusión, a la realidad escueta de lo que se presentaba. El proyecto del Senado 238 del senador Ramón Luis Nieves estaba diseñado para prohibir el discrimen por orientación sexual.

La realidad es que en Puerto Rico ser homosexual ha sido motivo de mofa y discrimen por años. El proyecto pretendía ubicarnos en el conjunto de naciones que caminan hacia el reconocimiento total de la dignidad humana eliminando todo tipo de discrimen. ¿Alguien se puede oponer a eso? En Puerto Rico, sí.

El fundamentalismo religioso de derecha, caricaturescamente representado por la pastora Wanda Rolón, se opuso tenazmente a ese paso de avance y logró que personas de un pensamiento más amplio, como el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, quedaran retratados en sus prejuicios. Dejémonos de sutilezas: este sector religioso pretendía que los homosexuales, a quienes consideran pecadores, siguieran siendo castigados con el discrimen por su pecado.

El proyecto de la Cámara 488 de Luis Vega Ramos, extendía la protección contra violencia de género a parejas del mismo sexo. ¿Alguien tiene duda de que en Puerto Rico hay miles de parejas del mismo sexo? ¿Qué pretendía la derecha fundamentalista? ¿Que a esas personas no les cobijara el mismo derecho que tiene un heterosexual que es víctima de la violencia de su cónyuge? El mismo argumento: puesto que viven en pecado, la violencia que reciben es parte del castigo que se merecen.

En el Senado hubo políticos que salieron seriamente lesionados en su imagen. La minoría del PNP se mantuvo firme detrás de su líder Tomás Rivera Schatz, que llamaba "patos" a adversarios políticos a quienes quería ofender, y le votaron en contra al proyecto. El senador Joíto Pérez dejó demostrado que viene a ocupar el espacio intelectual dejado por el "Chuchin" cuando dijo que tenía "amigos lésbicos de todas las denominaciones sexuales, por así decir".

De los populares, la buena imagen de la senadora Rossana López salió lacerada. Su militancia católica la llevó a dudar y posteriormente a diluir el 238. Al homosexual se le juzga y se le prejuzga...

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