La revolución al revés

Por Benjamín Torres Gotay

Estos reclamos de revoluciones que suplanten con un orden nuevo lo que se corrompió casi universalmente vienen de abajo hacia arriba. O sea, los de abajo pretenden obligar a los gobiernos, no siempre con claveles como armas, a que se reformen para el bien de la sociedad.

En Puerto Rico, donde casi nada es como en otro sitio, llevamos un tiempo viviendo un fenómeno que es absolutamente a la inversa.

Aquí, los de abajo aceptan de manera normalmente pasiva casi cualquier abuso que venga de arriba. Pero, en un vuelco del destino preciosamente irónico, nuestra clase gobernante no ha necesitado de la ayuda de nadie para mostrarle al mundo la piel más profunda de su decadencia y lleva bastante tiempo dinamitándose a sí misma. Así, en este momento las instituciones públicas prácticamente no tienen ninguna autoridad sobre la población y vivimos en lo que por muchos lados parece un régimen anárquico.

La corrupción, la ineficacia y el sectarismo han puesto de rodillas al Estado, ya nadie le cree y muy pocos esperan de este algo tangible. El fenómeno no es nuevo, ni, para que nadie se equivoque, exclusivo de esta administración. Pero en los pasados años ha adquirido una intensidad inusitada y espantosa, como lo vemos todos los días en la prensa.

Esta semana nada más vimos cómo hicieron a Ricardo Rosselló catedrático en la Universidad de Puerto Rico haciéndole muecas en la cara y cantándole "lero lero, lero lero" a muchos que, con igual o mejor preparación y credenciales que el futuro candidato del Partido Nuevo Progresista (PNP), llevan años esperando su oportunidad. También supimos, casi como una revelación marginal, que la editorial de la UPR le va publicar un libro de carácter ideológico, también pasándole por el lado a otros que han esperado pacientemente que sus obras vean la luz del día.

Más o menos en la misma línea, vimos esta semana que el Departamento de Justicia, que lleva meses guardando un silencio de cadáver sobre la gravísima denuncia de que el senador Roger Iglesias posó como ingeniero sin serlo, le tiró sus agentes como perros al municipio de Caguas, en un espectáculo público por la denuncia de una candidata política de que su rival ha autorizado que agentes policiacos...

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