Rey absoluto de los cuadrangulares

Por Jorge L. Pérez

jorge.perez@gfrmedia.com

Al retirarse en 1980, el bateador zurdo había disparado 868 jonrones, ganándose el derecho de ser reconocido como el mejor jonronero de la historia del béisbol, amasando más que los 714 de Babe Ruth, los 755 de Hank Aaron y superando incluso los 762 que dispararía después Barry Bonds.

Pero tal parece que ese récord de los 55 en un año era el que más espacio ocupaba en su corazón, tal vez porque era el más vulnerable.

Así, en tres ocasiones distintas, jonroneros extranjeros que jugaban como importados en Japón estuvieron a punto de romperle la marca. Y en las tres ocasiones, Oh, aunque ahora solo era dirigente, influyó directamente con tal de que su marca de 55 jonrones se mantuviera intacta.

Y no lo hizo muy elegantemente, que digamos: en 1985, Randy Bass tenía 54 bambinazos cuando su equipo, los Tigres de Hanshin, jugaron su último partido de la temporada contra los Gigantes, dirigidos por Oh.

En el juego, Bass recibió cuatro bases por bolas intencionales seguidas, y en el quinto turno conectó un sencillo... más que nada porque prácticamente se salió de la caja de bateo para alcanzar con el bate otro lanzamiento alejado.

Algo parecido ocurrió en 2001, cuando el norteamericano Tuffy Rhodes llegó a la última serie de la temporada después de haber empatado la marca de 55 jonrones, pero con la mala suerte de que debía finalizar el año jugando contra los Halcones de Fukuoka, ahora dirigidos por Oh.

Tampoco vio un strike y Oh volvió a negar que hubiese intervenido en eso, aunque su instructor de lanzadores admitió que él había dado la orden de no lanzarle nada bueno "porque no quería que un jugador extranjero quebrara la marca de Oh".

Esta vez, hasta el comisionado de la liga japonesa consideró que se había tratado de "un acto antideportivo", pero todo volvió a quedar ahí.

Por último, en 2002, el venezolano Alex Cabrera tenía ya 55 jonrones restándole cinco partidos por jugar y también tuvo que enfrentarse al final al equipo de Oh.

Este, según dijo, les ordenó a sus lanzadores que le tiraran strikes, pero sus lanzadores lo desobedecieron.

Lo curioso es que, en cierto sentido, Sadaharu Oh tuvo que superar también ese prejuicio contra los extranjeros antes de convertirse en el Babe Ruth japonés.

Aunque nació en Tokio el 20 de mayo de 1940 -esta semana Oh cumplió 73 años-, su padre era un chino de Taipei y, de hecho, el nombre original del futuro toletero era Wang Chenchih: según la costumbre china, Wang...

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