RINDE FRUTO EL SACRIFICIO

POR SARA DEL VALLE HERNÁNDEZ

sdelvalle@elnuevodia.com

"Cuando el mayor (Emanuel) tenía ocho años, Franklin seis y Abel tenía cuatro, su papá murió de una mala práctica médica. Eso fue en 1991... Yo me quedé con mis tres hijos, eso fue golpe muy duro para mí. Sentí que el mundo se me desplomó encima", recordó Matos sobre el suceso que provocó que dos años después se marchara sola de República Dominicana para buscar un futuro mejor en Puerto Rico.

Una vez ubicada en la Isla con la ayuda de familiares, la mujer pudo traer a sus retoños.

"Yo digo que fui una madre pulpo porque yo me repartía entre mi trabajo, los niños y las cosas de la escuela y después con Franklin en las tardes (en sus prácticas). Yo recuerdo que eso era: 'Dale, mami, que estamos tarde para la práctica'. Un día yo le dije: 'Franklin, yo estoy cansada'. Él me dijo: 'Ay mami, ¿usted se cansa de guiar?'. Ignorancia de los niños. Si solamente hubiera sido guiar...", expresó la mujer que trabaja en una compañía de seguridad.

Los tres hijos de Matos practicaron lucha olímpica en el Club Sparta de Puerto Nuevo. Sin embargo, Franklin fue el que más empeño le puso al deporte. De hecho, no dejaba pasar un día sin que fuera a practicar.

Y fue precisamente esa dedicación y pasión que demostró la que provocó que el entrenador nacional Pedro Rojas se fijara en él.

"Él empezó a practicar la lucha como a los nueve años en el Club Sparta. Yo diría que el descubrió su deporte. Él estaba jugando con unos amiguitos que sabían del club y lo llevaron. De ahí en adelante Pedro Rojas vio que tenía...

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