Ríos revueltos

por carmen dolores hernández.Fotos por Carla D. Martínez

Una voz burlona, fuertemente paródica, reminiscente del mejor Bryce Echenique, aunque con más saña, empieza por denostar la más sagrada de las instituciones que aún quedan en pie: la maternidad. El narrador -homónimo del autor- se encuentra cuidando de su madre agonizante. Desde esa situación nos cuenta la historia espeluznante de ella, una prostituta peripatética que tuvo cinco hijos con otros tantos hombres y cuyo nombre mismo cambiaba con sus cambiantes alianzas. Guadalupe Chávez y Marisela Acosta fueron los más constantes. También cuenta su propia vida, ciertamente azarosa al lado de tal madre. Julián la conoce, ama y odia con pasión. En el momento en que escribe ha encontrado cierta estabilidad -tras largos períodos de desorientación y adicción a la cocaína- junto a su esposa Mónica, de la que espera un hijo que se sumará a los que ha tenido de uniones anteriores.

Tal recuento aparentemente autobiográfico es solo uno de los ejes temáticos que surge de las profundidades de un relato que rescata de su interior temas e ideas, datos reales y fantásticos, situaciones jocosas y trágicas, sacándolo todo del magma informe de la conciencia individual y colectiva. En un pasaje ferozmente irónico, pero graciosísimo, por ejemplo, se narran incidentes del momento en que México...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR