De la risa al llanto

Por María Ivette Vega Calles

mvega@elnuevodia.com

Pero cuando Arias vio que la historia tenía como figuras principales a un grupo de artistas de vodevil que viajaban por España después de la guerra civil a presentar su espectáculo, se llevó una grata sorpresa.

"Había hablado con Emilio y lo que me había transmitido era que era una película muy personal. Al leer el libreto me sobrecogió porque la historia que cuenta es como el nacimiento de una parte después de la guerra, que es el antecedente, los maestros de donde ha venido la tradición de lo que yo trabajé después, así que me ha venido una alegría enorme. Fue una sensación maravillosa", señaló Arias, en entrevista telefónica con El Nuevo Día.

El artista interpreta a Jorge del Pino, el músico de la agrupación, compuesta también por el ventrílocuo, Enrique Corgo (Lluís Homar), la cupletista Rocío Moliner (Carmen Machi) y Miguel (Roger Príncep), un niño huérfano. En el recorrido que hace el grupo de artistas ve los estragos que ha dejado el conflicto bélico. Por su parte, ellos tienen que llevar alegrías en sus presentaciones a pesar de que sufren de hambre y otros males que ha dejado la guerra.

Jorge es un hombre que lo ha perdido todo. Lo único que le queda es su trabajo como músico en el grupo, que para él representa su familia aunque no lo reconozca.

Su introspección, coraje contra las injusticias, contrastan con lo que tiene que transmitir en su profesión. Eso precisamente representó un reto para Arias.

"La mayor dificultad era sostener el dolor de Jorge. No he tenido la pérdida de un hijo o una pérdida tan grande, entonces el asunto era recrear, pero no actuar. Recrear un poco el espacio en el que Jorge sufre y no protegerle. Demostrar cómo le cambia el carácter, cómo se transforma en alguien desconfiado para...

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