Rojo relativo

Félix Jiménez

Armando sonríe. Es un perfecto anfitrión. Parece que todo lo que hace lo hace bien. Pago y camino.

Es la carretera 172, Caguas a Cidra, pasadizo de camiones, de Jaguars dorados, de guaguas pisa-y-corre, de madres hacia el colegio de sus hijos. Pista de carros nocturna y devoradora de negocios. Uno de los no-lugares de Augé.

A la derecha, el "dealer" de carros, una tienda de computadoras, un negocio de cerámicas y la primera pizzería que abrió hace más de 40 años, cerrados. A la izquierda de Pizza Mia han desfilado tiendas de ropa, de velas, de piezas de auto, farmacias, centros de computadoras. Abren y cierran. La economía del parpadeo. Justo al frente, a la mueblería que cerró hace semanas le han colocado un aviso de subasta pública. Ya casi nadie lo siente. La naturalización del cierre comienza tan cerca como frente a tu casa y se desplaza.

Asisto al ir y venir de una arteria que trafica ahora en el engordamiento, el embellecimiento y el sexosustento: los ejercicios cotidianos de la biología, acicalar y engullir. Quedan intactos restaurantes...

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