Las rompecorazones de la literatura

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

No es el único que ha discutido el amor como teoría. Voces como José Ortega y Gasset, Erich Fromm, Platón y Stendhal han transformado al amor y su corazón en sujeto y objeto de estudio. Y la literatura, como retrato de la vida, ha encontrado suelo fértil para contar desde el más inocente romance hasta el más ardiente desamor.

La palabra, entonces, no es ajena al rompecorazón. La doctora Mara Negrón, escritora y profesora de Literatura Comparada y Humanidades de la Universidad de Puerto Rico (UPR), argumenta que desde el espacio literario y el psicoanálisis, "el sujeto amoroso es pasivo en el sentido que la pasión amorosa siempre sucede. Es decir, 'yo no me propongo romper corazones', a uno le rompen el corazón".

Según la catedrática, es problemático plantear personajes que, femeninos o masculinos, sean rompecorazones porque no necesariamente desilusionaron adrede. "El amor llega o como diría Carmen de Bizet, 'el amor es un pájaro que nunca ha conocido ninguna ley'", expresa Negrón. "Desde el punto de vista de la literatura, si uno examina las grandes figuras amorosas como Beatriz de Dante, Laura de Petrarca o Romeo y Julieta estamos pensando en seres que son vulnerados, que son el espacio de una pasión amorosa que no pueden controlar", abunda.

Ese descontrol, cabe destacar, es más real que lo imaginado. Y es que, de acuerdo con Negrón, escudriñar en el tema del rompecorazón sitúa al amor en un plano "fisiológico" y no como una cuestión "etérea".

La doctora Liliana Ramos-Collado, escritora y profesora de la Escuela de Arquitectura de la UPR riopedrense, expone que la belleza adquiere un gran significado en los personajes femeninos que descorazonan a sus amantes o a quienes aspiran a su cuerpo o alma. Tras repasar la historia mitológica de Psyche y Cupido -que aparece en la novela 'El asno de oro de Apuleyo'- Ramos-Collado manifiesta que relatos como ése revelan que la belleza para la mujer es "peligrosa", convirtiéndolas en "víctimas del deseo que se les tiene". "Es el origen de las desgracias, tanto de las mujeres que la poseen como del hombre que quiere disfrutarla", observa quien ha impartido cursos sobre el amor y el erotismo.

En la víspera del día que algunos recuerdan a Cupido y sus causas, recorremos unos personajes femeninos que, como insiste Ramos-Collado, pueden ser víctimas del deseo que se les tiene o, como propone Negrón, su pasión las vulnera. O, que simplemente nos rasgan el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR